Adiós, Susana Higuchi, la primera en denunciar la corrupción fujimorista
Deceso. A los 71 años falleció exesposa de Alberto Fujimori. Su hija Keiko anunció en las redes sociales su partida, según dijo, “después de una dura lucha contra el cáncer”.
En 1990, cuando ya se había producido la primera vuelta de las elecciones generales y los reporteros perseguían al “Chinito” para tomarle declaraciones, Susana Higuchi desde un rincón miraba todo con calma. Sus ojos parecían agrandarse aún más por los lentes gruesos que usaba. No parecía convencida de lo que estaba pasando.
Le pregunté aquella vez si creía en el triunfo de su esposo. Hizo un leve gesto alzando los hombros, como diciendo “puede ser” y agregó que todo lo que ocurre en democracia está bien.
Justo en ese momento, un reportero gráfico le propuso hacerle una foto cerca de un tractor. La señora Susana lo paró en una, y le dijo con firmeza: yo no me presto para el show.
Desde esos primeros momentos en que su vida pasó a ser de alcance público, mostró una personalidad fuerte, con decisiones propias, de palabras francas y sin medias tintas.
Se notó desde un principio que no era la pareja que iba a bajar la cabeza, que no iba a aceptar silencios e injusticias.
“Desde el primer día que mi esposo asumió el Gobierno estuve en el corazón del pueblo y me ahora acusan de deslealtad, no sé a qué le llaman traición… Yo le digo: la democracia empieza por casa”, dijo esa vez, en marzo de 1992, cuando empezó su denuncia y su viacrucis.
Esas y otras expresiones fueron recordadas desde la mañana de ayer en que se conoció su deceso. La palabra más repetida para ella fue “valiente”.
A los 71 años, postrada por un coma inducido en una clínica en San Borja, la ex primera dama Susana Shizuko Higuchi Miyagawa (Lima, 1950), dos veces congresista y la primera en darse cuenta en lo que se iba a convertir el régimen de Alberto Fujimori, falleció en medio de mucho aprecio a su figura.
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Su hija, Keiko Fujimori, anunció en las redes sociales su partida. “Después de una dura lucha contra el cáncer, nuestra madre acaba de partir al encuentro de Dios. Estuvo rodeada del amor de nosotros, sus hijos, y de sus nietos hasta el último momento”, tuiteó.
En seguida, los adjetivos de respeto y aprecio se multiplicaron para Susana Higuchi. Valiente, demócrata, honesta, ejemplar. Muchos de esos tributos iban acompañados de portadas de medios como La República, que publicaron sus valerosas denuncias contra la familia de su entonces esposo.
“Hoy, ante tanta corrupción, ante promesas incumplidas, me siento en la obligación moral de hacer frente a una cúpula cerrada y cumplir compromisos que asumió mi esposo, con la transparencia que el Perú se merece”, dijo esa vez.
El enorme aporte al país y a la democracia de Higuchi fue haber empezado a hacer pública la red de corrupción en el régimen de Alberto Fujimori.
El 24 de marzo de 1992, Higuchi, cumpliendo a cabalidad su rol de primera dama, denunció el tráfico de ropa donada para los pobres. “Reciben donaciones de Japón, de ropa, la esposa de Santiago Fujimori. Se cogen lo mejor para ellas y reparten estropajos utilizando mi nombre. Eso sí me indigna”.
La denuncia de Higuchi inició la investigación que resultaría en procesos contra Juana, Rosa y Pedro Fujimori, y Víctor Aritomi Shinto, por el desvío de fondos donados desde Japón a través de la ONG Apenkai.
portada de La República
Después sobrevino el autogolpe de Estado del 5 de abril.
Higuchi fue expulsada de su cargo de primera dama, de Palacio, de su matrimonio y denunció torturas y vejámenes en su contra. El dictador se deshizo de la mujer que no aceptó el silencio o la complicidad.
“Fue la primera en denunciar los horrores de un régimen y por ello sufrió graves consecuencias. La violencia contra ella fue permanente y abundante. Nosotros no olvidamos”, comentó la Asociación Pro Derechos Humanos.
“Denunció horrores de un régimen y sufrió consecuencias inenarrables”, publicó el grupo Feministas por la Democracia.
Autoridades, políticos, amigos reconocieron su gesta.
El presidente Castillo expresó sus condolencias, al igual que la premier Mirtha Vásquez, la presidenta del Congreso, María Alva. También Ollanta Humala, Luz Salgado, Mesías Guevara, Glor Pablo, Rocío Silva Santisteban, entre muchos otros.
Higuchi también estuvo en otro momento importante para la democracia. El 14 de septiembre del 2000 se presentó junto a Fernando Olivera y Luis Iberico para difundir los vladivideos.
En los últimos tiempos, muy decaída, solo se le veía en períodos electorales, con Keiko.
Una mujer de convicciones. Y se merece todos los respetos.
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