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Política

Urresti, el fujimorismo antifujimorista

“Urresti no está dispuesto a que le pase lo que le pasó a Keiko: convertirse en parte del sistema contra el que la gente votó. Por eso, ya viene la ruptura con José Luna y su partido”

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Con el fujimorismo aniquilado, el vacío de poder se ha llenado de muchas formas. El mapa electoral muestra un país, como dijimos la semana pasada, fragmentado hasta la fractalización. Hay, sin embargo, continuidades interesantes, que muestran bastiones importantes en los que puede estar la semilla de las elecciones del 2021. Uno de esos es el sur andino, donde el Frente Amplio y el antaurismo reflejan bien la histórica posición combativa de esa zona. El otro es Lima Norte, los distritos del Perú con mayor densidad poblacional. En esa zona, que en el 2016 apostó masivamente por Keiko, el ganador casi absoluto ha sido Daniel Urresti.

El general retirado se ha convertido en el peruano no apellidado Fujimori más votado en elecciones congresales en lo que va del siglo XXI. Su receta: el fujimorismo antifujimorista. Es decir, un estilo populachero y autoritario que tanto le gusta a la gente desde que se impuso en el 90. Pero, además, con una característica que perdió el keikismo: anti-establishment.

El fujimorismo intentó ser la derecha popular y, a la vez, mantener su estatus como parte del establishment. Eso era, ahora deberían saberlo, esquizofrenia política. Su mayor error, a la larga, fue haber seguido recibiendo apoyo mediático y empresarial. Tenían –tienen– demasiados voceros mediáticos como para asumir de forma creíble la representación de los marginados por el sistema. Algo similar fue el experimento de Solidaridad, que pretendía denunciar que vivimos bajo una dictadura (que a veces era la de Vizcarra; otras, la de la ideología de género, e incluso, ambas a la vez), asociándose además a colectivos que pretendían estar “resistiendo” embates autoritarios. Pero no puedes denunciar una dictadura y aparecer todos los días en espacios privilegiados en los medios. ¿Qué resistencia creíble puede existir cuando todos te abren las puertas?

Por eso a Urresti le funcionó ser ninguneado (casi hasta las últimas dos semanas) por los medios. Y le siguen funcionando sus enfrentamientos y burlas a lo que Urresti –y todo el mundo– identifica como periodistas alineados con Keiko o García. Claramente, él no está dispuesto a que le pase lo que le pasó a Keiko: convertirse en parte del sistema contra el que la gente votó. Por eso, ya viene la ruptura con José Luna y su partido. No los necesita para el 2021. La marca es él. Caudillismo de manual. Como le gusta a la gente.