Puntos de vista.,Un trino en la poesía Gloria Pajuelo Milla, bachiller en Literatura. La lírica peruana del siglo XX debe su impacto a la presencia determinante de Javier Sologuren, esmerado traductor, editor, docente y crítico literario. Si bien su labor como promotor cultural opacó su amplia producción lírica, cabe reafirmar el mérito de su virtuosismo y su trasfondo sensible: la constante reinvención de una poesía dialógica entre el locutor y diversas realidades expuestas mediante formas estróficas de variadas tradiciones literarias, además de una reflexión que trasciende el lenguaje y rescata los pequeños detalles de la vida, demostrando que el mundo es compañía. Su trino sublime persiste en la infinitud de su vida continua. Lucidez y versatilidad Álex Morillo, docente y crítico literario. La poesía de Javier Sologuren representa una de las escrituras más prolíficas de mediados del siglo XX en Perú. Supo dialogar con la tradición poética occidental, desde las resonancias más clásicas hasta las apuestas más vanguardistas, y nos acercó a la poética oriental. Esta versatilidad para construir vínculos estéticos tuvo, no obstante, algunos motivos constantes: la muerte, la naturaleza, el amor y la creación. Otra faceta fundamental de Sologuren, el ensayo, reflexionó con lucidez sobre escritores, artistas y culturas. El cultivo muy consciente de la imagen, como aspiración de las formas poéticas, es la mejor herencia que nos ha dejado este poeta.