“Acabó la dictadura parlamentaria del fujiaprismo, lo cual constituye una magnífica noticia para la institucionalidad en el Perú”. ,Las renuncias de más parlamentarios a Fuerza Popular, y su reagrupamiento en una nueva bancada que se suma a las recientes Liberal y Cambio 21, han permitido una reestructuración del poder en el congreso de la república que significa, en la práctica, el final de la dictadura parlamentaria ejercida por más de dos años por el fujiaprismo con frecuencia fuera de la ley y la decencia. Dichos cambios están en línea con la reestructuración en marcha del poder político que está sucediendo en el Perú como consecuencia de la debacle del fujiaprismo a la que se aludió el sábado en esta columna y, en concreto, enfocando en lo que sucede en el congreso de la república, implica, como se adelantó acá ayer domingo, que FP perderá peso en la comisión permanente, en el número de presidencias de comisiones y en el interior de estas pues, tras la recomposición que corresponde por las nuevas bancadas y la reducción de la fujimorista, esta no llegará a la mitad de cada comisión ni sumando el voto comparsa del Apra. El fujiaprismo dominó la escena política de los últimos dos años gracias al control de varias instituciones en distintos momentos, como el CNM o la fiscalía de la nación –con Pedro Chávarry–, pero el epicentro de su acción política ha sido el congreso de la república, el cual puso a su servicio saltándose la ley, el sentido común, la decencia y la ética. Su poder en el congreso radicó en el uso de la fuerza del número de votos antes que en la razón, lo cual acompañó los argumentos con frecuencia prepotentes e ilegales de los integrantes del fujiaprismo, desde las sandeces de Karina Beteta, Tamar Arimborgo o Héctor Becerril, hasta las acrobacias en la leguleyada de Luz Salgado, Rosa Bartra, Mauricio Mulder, Úrsula Letona o Miki Torres. El escenario político cambió para ellos. Este poder sustentado en la arbitrariedad se fue reduciendo en los últimos meses a medida que se producían las deserciones en FP que diezmaban la influencia del fujiaprismo, pero con la nueva bancada anunciada anoche cambia radicalmente su peso. La expresión de ello es la recomposición y la pérdida de la mayoría del fujiaprismo en comisiones que usaban como chaveta al servicio del blindaje de sus jefes y de intereses particulares, incluyendo la junta de portavoces, ética, acusaciones constitucionales, la comisión permanente y el consejo directivo. Ayer acabó la dictadura parlamentaria del fujiaprismo, lo cual constituye una magnífica noticia para la institucionalidad en el Perú.