El obispo emérito expresó su preocupación por la decisión del fiscal de la Nación, de quien dijo que entierra los valores morales del país por servir a otros intereses.,Mediante un artículo enviado hoy a La República, Monseñor Luis Bambarén expresó la necesidad de combatir los malos actos dentro de las instituciones públicas, a la cuales segmentó en dos grupos: las de tinieblas, en donde habita la corrupción, y las de luz, que significan honestidad. Bambarén Gastelumendi es uno de los obispos más respetados de los 53 que tiene el país. El religioso acusó en el texto titulado "Vencer al mal con el poder del bien" al poder judicial y a la Fiscalía de la Nación de utilizar su poder para retirar a José Domingo Pérez y Rafael Vela, a quienes se refirió como "el orgullo de la juventud que lucha contra la corrupción.". Sobre la decisión de Pedro Chávarry de -inicialmente- no ratificar en sus puestos a ambos fiscales, dijo que: "(...) ha herido las fibras morales de nuestra sociedad, al enterrar los valores morales por servir a otros intereses.". PUEDES VER: Monseñor Bambarén: "Chávarry arremete contra el fiscal Pérez por pedir prisión para Keiko" Líneas más abajo, indicó que la conducta correcta de una autoridad da prestigio a su persona, a su familia y a su institución. Por el contrario, las diversas formas de corrupción y el abuso sin respeto a las personas o buscar enriquecerse sumergen a las personas y a la sociedad en la oscuridad. "¿Por qué terminan enjuiciados o en la cárcel varios funcionarios públicos y autoridades o empresarios? Porque creyeron que sus actos corruptos nunca saldrían a la luz pública.", agregó. El obispo emérito de Chimbote manifestó, además, que es necesario combatir la corrupción para que nazca la esperanza, y que para llevar a cabo esa tarea se cuenta con la reserva moral de la población, en su mayoría jóvenes, quienes exigen la renuncia del fiscal de la Nación porque piensan que utiliza su cargo no para impartir justicia sino para servirse de algunos partidos políticos que apoyan sus decisiones. Lee el artículo de Monseñor Luis Bambarén