Entre el balance de lo más positivo en los últimos años desde el Estado, está la cantidad de premios y estímulos a la creación de manifestaciones culturales en todo el país,Todavía algunos tienen problemas de percepción con la palabra “cultura” debido a un espantoso equívoco inducido por -irónicamente- la falta de cultura. Prejuzgan que esta remite a cosas aburridas o peor aún, con aires pretenciosos o clichés de pitucos estirados. Aún falta para que todos asumamos que cultura es la música que se escucha y baila en las fiestas, el cine que nos refleja como país, y los cuentos e historias más divertidas. La respiramos y disfrutamos el día entero: no existe actividad humana ajena a esta. Por eso -y hay que decirlo, porque se divulga muy poco- entre el balance de lo más positivo en los últimos años desde el Estado, está la cantidad de premios y estímulos a la creación de manifestaciones culturales en todo el país. Hablando en números: el 2018 el MINCUL convocó 36 concursos, y se entregaron 345 premios para productos cinematográficos y audiovisuales, libros y fomento a la lectura, música, y artes escénicas y visuales. 345 premios entre más de 1,500 proyectos presentados desde todas las regiones, y aquí radica lo mejor: son 345 miradas que representan una diversidad muy lejos de una sola visión hegemónica capitalina, o de argollas. Los enemigos de todo lo que huela a creatividad, dirán: “¡Les regalan fortunas para que hagan tonterías!”. Pues los 345 premios suman apenas 23 millones de soles. Mucho menos, por ejemplo, que los más de 30 millones que cuestan solo dos de los puentes amarillos sobre la Vía Expresa -y al parecer, inservibles- con los que el alcalde de Lima, despide una nefasta gestión obsesionada con el cemento. Creatividad que refuerza la autoestima de ser peruanos. Si esas buenas prácticas y políticas públicas continúan, el Bicentenario nos encontrará mucho mejor de lo esperado. A seguir esa ruta.