En los distritos las buenas gestiones o las figuras prestigiosas suelen ser reconocidas, y premiadas, digamos que entre casa.,Tampoco esta vez las elecciones distritales se parecen mucho a las provinciales. Por ejemplo, Podemos, el membrete de Daniel Urresti/José Luna, temido o predicado como posible ganador provincial, casi no figura en las encuestas distritales. Al membrete de Renzo Reggiardo le va algo mejor, con un par de grandes distritos ya dentro de su bolsa electoral. Lo contrario sucede con algunos partidos de vocación municipalista, como Somos Perú y el PPC, que llevan la delantera en algo más de media docena de distritos, pero sus candidatos no dan fuego a nivel provincial. Lo mismo se da con Siempre Unidos, que mantiene su fuerte y largo liderazgo en distritos de la zona norte (38% en Los Olivos). ¿Por qué se escinde tan drásticamente el voto entre distrito y provincia? La experiencia cotidiana de lo municipal entre los vecinos es, sobre todo, por no decir casi exclusivamente, distrital. La alcaldía del centro de Lima tiende a ser una abstracción. En los distritos las buenas gestiones o las figuras prestigiosas suelen ser reconocidas, y premiadas, digamos que entre casa. En cambio, las candidaturas a la provincia están siendo vistas como un apéndice de la controvertida política nacional (algunos lo ven incluso como antesala del 2021), lo cual podría explicar la baja votación de los punteros. Votar por ellas quizás tiene que ver con una ubicación intuitiva en esa política. Actitud de la cual, sin embargo, no participa ni remotamente la mayoría de los vecinos. Todo traerá consecuencias: un alcalde sin real arraigo en una gran mayoría de los vecindarios de la ciudad, con problemas para coordinar la acción municipal con los distritos, y expuesto desde la partida a las clásicas presiones revocativas. Problemas, quizás, de estar participando de dos elecciones en una, y de considerar a la distrital más importante. No es casual que los candidatos punteros hayan privilegiado a promesas que no son propiamente municipales, quizás con la idea de que el alcalde del distrito se encargará de todo lo demás, como de hecho sucede. Sin embargo, los reclamos de la población al alcalde de la Plaza Mayor están aumentando, a medida que crecen los problemas comunes de la población.