El flamante fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, juró sin que estuvieran presentes –como es costumbre– el Presidente de la República, Martín Vizcarra; el Presidente del Consejo de Ministros,César Villanueva; el Contralor de la República, Nelson Shack; y el Defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez.,Podría uno pensar que ninguno de ellos quiso avalar con su presencia el acto de juramentación de un fiscal que tiene un audio en el que intercambia favores con el suspendido juez César Hinostroza. ¿Quiénes estuvieron? El presidente interino del Poder Judicial, Francisco Távara; el Presidente del Congreso, Luis Galarreta; el saliente Fiscal de la Nación, Pablo Sánchez; y los dos fiscales supremos que votaron por él: Tomás Gálvez Villegas y Víctor Raúl Rodríguez Monteza. Veamos: Távara es aún cuestionado por su papel durante las últimas elecciones generales al frente del Jurado Nacional de Elecciones por,supuestamente, dejarse presionar y medir con diferente vara a los partidos y candidatos. Está ahí porque le toca, nada de meritocracia. Galarreta es la cara oficial del Congreso al que 9 de cada 10 peruanos desaprueban. La lideresa de su partido, Keiko, ha logrado que la aprobación del fujimorismo caiga por debajo de 25% a 17%, algo que no lograron ni los vladivideos. El fiscal Tomás Gálvez es amigo del juez Hinostroza –estuvo en su cumple– y del empresario fundador de Iza Motors, Antonio Camayo. Gálvez le pidió a Hinostroza que intervenga a favor de un condenado por delito de tenencia ilegal de armas; y Camayo, por otro lado, es a quien se escucha coordinando con Hinostroza una segunda reunión con la #SeñoraK. El otro fiscal supremo que votó por Chávarry, Víctor Raúl Rodríguez Monteza, tiene, como Chávarry, su audio con el juez Hinostroza “armando una plancha”. Entendemos ahora por qué la desesperación: él fue el fiscal que exigió a IDL-Reporteros y a Panorama que le entregaran todos los audios que tenían y que le revelaran sus fuentes bajo amenaza de meter presos a sus directores, Gustavo Gorriti y Rosana Cueva. Gálvez envió esos oficios a sabiendas de que el secreto profesional está constitucionalmente protegido y que romperlo es delito. Víctor Raúl –no sé a qué partido me recuerda el nombre– tiene, según otro audio presentado por IDL-Reporteros, vínculos cercanos con el empresario “filo aprista” -Mauricio Mulder dixit- Mario Mendoza, a quien también se escucha en varios audios. O sea, TODOS los que votaron por Chávarry –incluyendo él mismo– aparecen en los audios interceptados a los mafiosos. Y los que avalaron su designación con su presencia también están cuestionados. “Los caviares tienen miedo”, bufan. Pero no dicen una palabra sobre los más que razonables cuestionamientos sobre Chávarry, que ya botó a dos fiscales (el que monitoreaba las escuchas y a Hamilton Castro) y se encargará directamente del caso de los audios y Lava Jato. ¿Por qué? En lista de hinchas de Chávarry están desde el controvertido exjuez supremo Javier Villa Stein; el expresidente del Tribunal Constitucional y hoy decano de la facultad de derecho de la USMP (allí también es docente Alan García), Ernesto Álvarez Miranda, hasta el cardenal Juan Luis Cipriani, pasando por Yesenia Ponce, Héctor Becerril, Rodolfo Orellana y Óscar López Meneses, entre varios otros. ¿Qué tienen todos en común? ¿De quiénes son cercanos y por qué? ¿Cómo así es que a López Meneses y a Cipriani les parece genial que Chávarry sea el principal perseguidor del crimen? Como se ha escrito –y mucho– el artículo 50 de la ley orgánica del Ministerio Público dice expresamente que el Fiscal de la Nación jura ante el Presidente de la República. ¿Por qué ante el presidente de la república? Porque el presidente de la República –a diferencia de todos los que estaban allí– representa y personifica a la nación y el Ministerio Público existe para resguardar esos intereses.