A: Claro hermano de mi alma, claro que va funcionar. Para eso es un pata. B: ¿Y cómo va a ser la cosa? A: Como siempre, pues,A: Hermano ya está lo de la reunión. B: ¿Cuál reunión? A: Cómo, tú sabes cuál, esa a la que va a ir el pata. B: Pero son muchos los patas. A: Pata hay uno solo, hermano. El que hizo la cosa esa que tú sabes. B: ¿Tienes su nombre? A: ¿Para qué quieres nombres? Ni siquiera a mí me lo ha dado. B: ¿Entonces cómo lo reconozco? A: No lo reconozcas. Él mismo te va a pasar la voz. B: ¿Para qué? A: Eso ya tú lo tienes que ver. Pero es sobre eso de lo que ya hemos hablado. B: ¿Me puedes aclarar un poco? A: ¿Cómo? ¿Ya te olvidaste? Tenía que ver con el pata, precisamente. B: ¿Y tú no vas a estar allí? A: No. Yo ya me reuní con él y voy a hablarle después. B: ¿Y yo qué le digo? A: Dile eso en lo que quedamos. B: ¿Me puedes refrescar un poco? Ya me estoy olvidando. A: Era sobre eso que me pediste. B: ¿Y va a funcionar? A: Claro hermano de mi alma, claro que va a funcionar. Para eso es un pata. B: ¿Y cómo va a ser la cosa? A: Como siempre, pues. De eso yo ya me encargo. B: ¿Y si me pregunta detalles? A: Dile que eso ya está arreglado por el otro pata. B: ¿Quién es el otro pata? A: Tú dile así nomás, él ya sabe. B: Tú no dijiste que iba a haber otro pata. A: A mí tampoco el pata me dijo que iba a haber otro, pero sí es muy necesario. B: ¿Para qué? A: Para el asunto que tratamos. Él es el que sabe de la vaina. B: Entonces soy reunión. Pero no me has dicho cuándo. A: Yo te digo cuando sea el momento. B: ¿Y cuándo vas a saber? A: Cuando me diga el pata, que va a consultar con el otro. B: ¿Me puedes repetir para qué es la reunión? A: Claro, es el asunto que tú ya sabes. B: ¿Y el pata también lo sabe? A: Lo recontrasabe. B: Entonces estamos bien. ¿Y tú por qué no vas a la reunión? A: Ya te dije. Es por el asunto ese que discutimos. B: Bueno, gracias hermanito. Ya estoy informado.