Si no hay fronteras entre lo privado y lo público (lo que PPK jamás “entendió”), la ciudadanía percibe que hay doble rasero.,Hemos dicho antes que, para los defensores del actual modelo económico, no existe una relación directa entre crecimiento económico, consolidación institucional y reformas políticas (1). Serían compartimientos estancos que, por definición, no se conectan. A veces, en alguna CADE hay quienes dicen “no hay un nosotros con alguien afuera” (2006) o que no debería haber “cuerdas separadas” entre economía y el desarrollo de las instituciones (CADE 2017). Pero todo desaparece a las pocas semanas. Su poca vigencia se explica porque buena parte de la élite empresarial, política y académica, considera que el crecimiento de los últimos 25 años (hasta el 2014), se debe a la continuidad del modelo. Asombra la autocomplacencia del dogma: no quiere ver que buena parte del crecimiento económico –en toda América Latina (subrayo, en toda)- se debió al super ciclo de precios de las materias primas, impulsado por la industrialización china. Pero ese becerro de oro es “bamba” porque, en verdad, lo que ha primado es el aprovechamiento del poder del Estado, vía diferentes mecanismos, más cercanos a los “lobbies” que a las virtudes de capitanes de empresa “schumpeterianos”. Cercano está el aeropuerto de Chinchero, donde PPK y sus lobistas quisieron que el Estado aceptara una tasa de interés leonina del 21%. Más lejos (pero cercano en la memoria) está el negociazo del gas del Lote 56, que se consiguió modificando todas las leyes vigentes para favorecer al exportador. Peor todavía, la exportación quedó en manos de una empresa (primero Repsol, después Shell) que lo vendió a México a precio vil sin que el Estado conociera ese contrato, denunciado en su momento, 2008, por Andrés Manuel López Obrador, hoy Presidente de México. En el 2012 se descubrió que Repsol re-exportaba el gas a países donde se pagaba mejores precios. El arbitraje en el CIADI (Banco Mundial) lo ganó Perú en el 2015. ¿Alguien en el gobierno felicitó a Perupetro por recuperar US$ 62 millones en regalías no pagadas? Desde enero, Inkafarma es dueño de la mayoría de las farmacias en el Perú. Pero ni el gobierno ni el Congreso discuten una ley de control previo de fusiones para proteger los derechos de los ciudadanos ¿Qué se puede pensar? La evasión del IGV y del impuesto a la renta es S/ 55,000 millones anuales (el 40% del Presupuesto del 2018) y no se ven correcciones. La Norma XVI (que faculta a la Sunat determinar si se están usando “disfraces legales” para eludir el pago de impuestos) está parada en el Congreso desde el 2012. ¿Qué se puede pensar? Si los exportadores agrarios se auto-otorgan una ley en noviembre del 2000 para pagar menos impuesto a la renta y salarios bajos, la gente puede decir: “ah, bueno, necesitan un incentivo para despegar, pero cuando crezcan, volverán al régimen general”. Pero no, los lobbies en el Congreso y el gobierno, quieren prorrogar los beneficios hasta el 2042, ¿Qué se puede pensar? Si no hay una defensa de los dineros del Estado, ¿es culpa del Estado porque es malo, por definición? No. El Estado no es una entelequia supernatural: algunos de sus funcionarios, no todos, favorecen a manos llenas a algunos afortunados, vía lobbies o coimas (Odebrecht). Si no hay fronteras entre lo privado y lo público (lo que PPK jamás “entendió”), la ciudadanía percibe que hay doble rasero. Cierto, no se puede decir que existe relación de causalidad entre el manejo del Estado y la corrupción. Pero hay linderos que se tocan. Por tanto, hay que desterrar cualquier atisbo de una “cultura de la cutra”, que, ahora sabemos, incluye a variados miembros del poder judicial. El destape de los audios legales vino cuando, de un lado, tambaleaba la investigación a Odebrecht y, de otro, cuando se nos decía que “se puede otra vez crecer al 5% porque hay un nuevo super ciclo” (justo cuando se produce una guerra comercial que provoca la caída del cobre). No es así. El empleo ha seguido cayendo y las devoluciones del IGV a las empresas mineras siguen reduciendo los ingresos fiscales. La propaganda de los “brotes verdes” tiene el objetivo de decirle al Presidente: no haga cambios económicos, siga con el piloto automático. Hay que redefinir la relación entre mercado y Estado para tener un crecimiento económico con nuevos motores de diversificación productiva, lo que no puede estar separado de la consolidación de las instituciones y la reforma política. Tampoco, ahora lo sabemos, de la reforma judicial. No son compartimientos estancos. 1) Ver “25 años no es nada”, 03/08/2015, http://www.Cristaldemira.Com/articulos.Php?Id=2527 y “becerro de oro ´bamba´”, 14/03/2018, http://www.Cristaldemira.Com/articulos.Php?Id=2718