Es importante anotar que el conflicto no se limita realmente a China-EEUU, y que ya se encuentra en plena expansión. ,La tan anunciada guerra comercial China-EEUU ofrecida por Donald Trump acaba de comenzar. Aranceles elevados de ambos lados de esa frontera económica empezarán a reducir el volumen de intercambio entre los dos países. Se está buscando reducir un déficit de los EEUU en el intercambio bilateral que en el 2017 fue de US$317 miles de millones. La economía china ha venido ganando esa carrera comercial desde el 2000, cuando el déficit de los EEUU era de US$100 miles de millones. Ahora Trump desea empezar a rectificar casi dos decenios de desbalance, lo cual puede poner en marcha un efecto dominó proteccionista mundial. Empieza la relativización de algunos importantes tratados de libre comercio. Luego se han dado casos en que guerras comerciales han llevado a guerras reales. Las tensiones en el Mar del sur de China, por ejemplo, hoy son el perfecto escenario para un siniestro error de cálculo. La clasificadora de riesgos Moody’s ha descartado hace 48 horas que esta guerra “afecte considerablemente a la economía peruana”. El argumento es que como exportadores de materias primas estamos muy en los bordes del problema, que se centra en productos manufacturados y bienes intermedios. Hay que agradecer la velocidad del anuncio. Sin embargo allí está la palabra considerablemente, con la que en cierto modo Moody’s se protege, y su sugerencia de que algo nos va a afectar. Por más de dos decenios se viene diciendo que nuestro bienestar económico depende de manera casi total de cómo le vaya a China, con los EEUU segundos. La búsqueda de un nuevo lugar en medio de ese conflicto será un problema. Es importante anotar que el conflicto no se limita realmente a China-EEUU, y que ya se encuentra en plena expansión. La Unión Europea ya está adecuando sus aranceles a la nueva situación, con lo cual puede empezar a hablarse de una guerra comercial mundial, y eventualmente de un nuevo orden comercial mundial, y una evidente crisis de la OMC. Por muy alejado que esté el Perú de ese epicentro, pronto empezarán dificultades para el acceso de algunos productos peruanos a mercados duramente ganados por nuestra economía en estos años. Lo cual a su vez puede precipitar versiones locales del proteccionismo.