Eduardo García trabaja para un partido político que urdió un complot para atribuir delitos a tres legisladores. Los reporteros de investigación fiscalizamos el poder, no somos parte de él. ,Los periodistas de investigación no somos espías. Como dice el escritor Gordon Thomas, ducho en la materia, los espías apelan a la mentira, al engaño o a la farsa para conseguir la información que les interesa. Los manuales de ética periodística condenan esas prácticas. Cuando quedó al descubierto que el periodista del Congreso contratado por Fuerza Popular, Eduardo García, participó en la grabación subrepticia del legislador Bienvenido Ramírez, sus defensores afirmaron que se limitaba a cumplir labores profesionales. La justificación fue mucho peor que la evidencia. Como se presenta a sí mismo, García es un profesional de las cámaras y micrófonos escondidos en floreros, relojes, botones y otros adminículos, y afirma que estos son las principales herramientas de un reportero de investigación. Revisé los 33 reportajes que ganaron el premio Pulitzer en la categoría Reportaje Investigativo entre 1985 y 2018 y en ningún caso se usaron equipos electrónicos ocultos para obtener información. En 2011 se otorgó el Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación a los reporteros brasileños del diario Gazeta do Povo y del canal RPC-TV por revelar la contratación de “empleados fantasmas” en el Parlamento del Estado de Paraná. Por la naturaleza del caso, filmaron a algunos de los personajes involucrados, pero no para acusarlos sino para dejar constancia de que éstos habían sido consultados como corresponde. Grabar y acusar sin verificar los hechos registrados no es periodismo ni es investigación en ninguna parte. El investigador y escritor Frederick Forsyth sostiene: “Nuestro trabajo como periodistas es pedir cuentas al poder, no en asociarnos con él”. ¿Estaba García en la planilla de un medio de comunicación? No. Trabaja para un partido político que urdió un complot para atribuir delitos a tres legisladores. Los reporteros de investigación fiscalizamos el poder, no somos parte de él. No hay una delgada línea sino una kilométrica distancia de diferencia entre lo que hace Eduardo García y un verdadero reportero de investigación.