Como era previsible, Kenji Fujimori ha declarado que seguirá en la carrera política.,Como era previsible, Kenji Fujimori ha declarado que seguirá en la carrera política. Por lo pronto como tábano de Fuerza Popular tiene asegurados años de publicidad, y FP será el referente de todas sus iniciativas. A pesar de la implícita marginalidad, la posición es cómoda, pues serán sus enemigos los que le darán de comer, políticamente hablando. Su principal opción práctica ya la había puesto Kenji Fujimori sobre el tapete: construir un partido, bajo el signo de un fujimorismo que se reclame auténtico. Si algo así cuaja, podría emprender un camino propio, o negociar con FP la capacidad de sabotaje que el nuevo partido sin duda tendría, en un escenario de segunda vuelta ajustada. Pero ese partido sería, en el mejor de los casos, un activo de mediano plazo. Además, sin Alberto Fujimori detrás y con las derrotas de estos días a cuestas, los días de alta popularidad y fuerte arrastre automáticos han terminado por un buen tiempo. Imaginemos, pues, esa construcción como un trabajo cuesta arriba, que no llegará a tiempo para las elecciones regionales. Mientras avanza con el partido, Kenji Fujimori tendrá que resolver cuestiones del cortísimo plazo, comenzando por el juicio penal que seguirá a la suspensión, y que seguramente se va a arrastrar largo tiempo. El tema de ese juicio es feo, de allí no puede salir ninguna propuesta interesante para la política, y no favorece al acusado. Una alternativa de Kenji Fujimori, con partido o sin él, es unir su suerte a algunos de los sectores del vasto movimiento anti-FP que flota en la política. De hecho él ya es parte de ese movimiento, aunque todavía insista en verse como la parte sana de FP, y su reconstructor. Quizás pronto descubra que FP no pasa de ser un mal hábito, que no sirvió ni para liberar a su padre. En la medida que Kenji Fujimori puede ser reducido, pero no desaparecido, no es descartable que en algún momento, incluso en varios momentos, su hermana le ofrezca algún tipo de acuerdo para volver a las filas de FP. Semejante aceptación sería algo verdaderamente melancólico. Volver a ese deletéreo redil sí sería el fin de la carrera política del menor de los Fujimori.