Hombres, ¿saben lo horrible que se siente que alguien se les acerque mientras caminan, así, cerquita, cerquita al oído y les susurre las peores cosas que les podrían hacer en la cama?,Aldo, Muchas gracias por tu columna de la semana pasada. Pero me quedé con un sabor amargo hacia el final: no creo que ser mujer sea grave. Es hermoso, ser mujer. El problema es que no nos dejan. Las personas que nos llamaron feminazis por nuestra reacción ante lo que pasó con Eyvi Ágreda no entienden que el miedo con el que vivimos y que hemos naturalizado con los años respecto al espacio público. Nosotras no salimos a la calle: nos enfrentamos a ella. Porque es un espacio masculino, nació siéndolo y no ha cambiado. Naturalizamos el miedo a partir información dada a nosotras desde chicas por nuestra familia, amigos, profesores, autoridades… y por experiencia. “¿Vas a salir así a la calle?”, “pero, date cuenta de cómo estás vestida, así ¿cómo quieres que no te miren?”. Miramos al piso. Sentimos un maldito punto de stress en el cuello que nos dice que alguien nos está persiguiendo, que están a punto de robarnos. Nos jorobamos para esconder el pecho. Aguantamos el calor con ropa que cubra. No salimos después de tal hora. -Ah, pero… si quieren háganlo. ¿No que muy feministas, no que muy emancipadas? Hombres, ¿saben lo horrible que se siente que alguien se les acerque mientras caminan, así, cerquita, cerquita al oído y les susurre las peores cosas que les podrían hacer en la cama? En segundos, inesperadamente. ¿Saben lo que es? Deshumanizante. Te llena de culpa, miedo, vergüenza, rabia. Señor, joven, amigo, policía (y más), no necesitamos de sus “halagos”. No nos hacen sentir bien. Gracias. Abril.