Son mucho más que rumores los que circulan sobre la probable fusión del Ministerio de la Mujer con el Ministerio de Inclusión Social. El presidente Kuczynski incluso le ha dado un nombre: MUFADIS (El Comercio, 16-07-2017), es decir, Mujer, Familia e Inclusión Social, lo que implicaría en la práctica haber cedido ante las presiones de los grupos ultraconservadores para invisibilizar nuevamente a la mujer dentro de la familia. ¡Por qué nos empujan a la familia cuando las mujeres peruanas tenemos problemas que van mucho más allá de lo doméstico! El gobierno de Ollanta Humala separó a estos dos ministerios, por eso, como dice Cayetana Aljovín, hoy tienen muchas funciones que se duplican. Algo que debería solucionarse con un MOF bien hecho. Pues, políticamente, sería gravísimo no la fusión por sí misma, sino la inevitable decisión de subsumir el tema de la mujer a situaciones de vulneración (poblaciones vulnerables) porque ese no es el problema central. ¿Entonces cuál es? Que a las mujeres en el Perú nos están matando, nos están violando, nos están destruyendo. Por qué somos vulnerables dirán algunos… ¡No, porque somos machistas! Y porque el machismo, es el caldo de cultivo de un patriarcado dependiente y con una historia de violencia sexual impune del conflicto armado interno, cobra dimensiones de violencia homicida y perversa. ¿Un Ministerio de la Mujer puede trabajar contra la violencia de género? No puede, ¡debe! Es su tarea primordial y sé que, desde esta gestión como varias anteriores, lo han planteado como un objetivo principal. El problema es que se requiere de una ministra que realmente se compre el pleito y que lidere una gran campaña nacional como contraofensiva a la violencia machista. Eso no lo he visto, lamentablemente, y creo que una Ministra de la Mujer no puede ser solo una funcionaria gris; debería de estar en el campo de batalla con las armas en ristre: un lenguaje sólido que apele a las normas internacionales que, como país hemos suscrito, para defender los esfuerzos de años, planteando políticas públicas que promuevan la capacidad de las mujeres. Las mujeres necesitamos a una mujer empoderada en el Consejo de Ministros y un presupuesto exclusivo para nuestros problemas concretos. El Ministerio de la Mujer en el Perú se inició en 1994: se trata de uno de los primeros países en América Latina que asume la necesidad de políticas públicas para las mujeres. Obviamente fue una medida populista de Alberto Fujimori en la búsqueda de alianzas con los sectores de mujeres para cooptar el gran tejido social de los comedores populares y las mujeres organizadas. Fujimori ganó y cooptó estos sectores: pero a más de 17 años de ese proceso, sería importante saber qué pasa hoy y si se ha hecho o no trabajo político directo con las mujeres. No me refiero a un tutelaje ni a una politización tipo chavismo. Me refiero a políticas que, como ciudadanas, nos permitan organizarnos, educarnos, empoderarnos, fortalecernos. Las mujeres peruanas estamos hartas de la “palmadita en la espalda”.