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Explosiones, humaredas y pánico en suburbio de Beirut bombardeado por Israel

Explosiones devastadoras remecieron el sur de Beirut tras el ataque israelí al cuartel general de Hezbolá. Seis edificios colapsaron y se reportan al menos dos muertos y 76 heridos.

La República
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"Estaba en casa ¡Dios mío, qué explosión! creí que el edificio se me caía encima (...). No tengo palabras para describirlo", exclama Abir Hammoud, una profesora de unos 40 años que vive en el suburbio sur de Beirut, donde Israel bombardeó este viernes el cuartel general de Hezbolá.

Eran las 18H00 pasadas (15H00 GMT) cuando enormes explosiones remecieron la capital libanesa y espesas humaredas se elevaron en el suburbio sur. En cuestión de segundos, seis edificios se derrumbaron.

Tras el estupor inicial, llegó el pánico. Los habitantes huían en medio del caos y las sirenas de las ambulancias se oían en toda la ciudad.

Israel indicó que había atacado el cuartel general del movimiento islamista Hezbolá.

En el lugar de los ataques, en Haret Hreik, quedaron seis enormes cráteres de varios metros de profundidad, toneladas de escombros y una espesa polvareda gris. Según una fuente cercana a Hezbolá, seis edificios de este suburbio densamente poblado se derrumbaron.

Husam El Jawad, un abogado de 45 años, que vive a unos 2 km del lugar del bombardeo, sintió temblar las puertas y ventanas de su casa.

Un hombre de 48 años, que se negó a ser identificado, contó que escuchó varias explosiones. "Era como si un grupo de aviones bombardeara al mismo tiempo, tuve la impresión de que estaban muy cerca, aunque en realidad estaban lejos de mí", agregó.

La ciudad tiembla de miedo

Minutos después, en Tel Aviv, el portavoz del ejército israelí Daniel Hagari anunció que se había llevado a cabo un "ataque de precisión" contra el "cuartel general" de Hezbolá.

Según las televisiones israelíes, el objetivo era el jefe del poderoso movimiento iraní, Hasan Nasralá. Una fuente cercana a Hezbolá afirmó a AFP que este "está bien".

Por la noche, Israel urgió a los habitantes de varias áreas de la periferia sur de Beirut a evacuarlas, en previsión de nuevas operaciones militares.

Estos bombardeos, los más intensos en la periferia sur de Beirut desde la guerra entre Israel y Hezbolá en 2006, tuvieron lugar poco después del discurso del primer ministro israelí en la ONU, en Nueva York.

Benjamin Netanyahu prometió continuar atacando a Hezbolá en Líbano, ignorando el llamado internacional a un alto el fuego. Poco después, su oficina informó que acortaba su estadía en Estados Unidos para volver a Israel.

El bombardeo dejó dos muertos y 76 heridos, según un primer balance oficial libanés. Por la noche, los servicios de rescate continuaban buscando supervivientes entre los escombros.

La coordinadora de Naciones Unidas para Líbano, Jeanine Hennis, se declaró en X "profundamente preocupada por el potencial impacto en los civiles de los bombardeos masivos" en la periferia sur de Beirut.

"La ciudad sigue temblando de miedo. Todo el mundo necesita un alto el fuego urgente", afirmó.

Más de 700 personas, incluidos numerosos civiles, han muerto, según las autoridades libanesas, desde el inicio de la campaña de bombardeos israelíes hace una semana contra bastiones de Hezbolá en el sur, el este de Líbano y en el suburbio sur de Beirut.

Estos bombardeos obligaron a más de 118.000 personas a abandonar sus hogares, según la Organización Internacional para las Migraciones.