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El drama que vivió la familia de una de las víctimas que consumió cocaína envenenada

El padre de la víctima lo encontró tirado en la cama, inconsciente, y lo llevó al hospital. Las autoridades argentinas creen que la droga podría haber estado mezclada con algún tipo de opioide.

El padre de la víctima aseguró que su hijo se fumaba un cigarro de vez en cuando, pero no era común que consumiera cocaína. Foto: AFP
El padre de la víctima aseguró que su hijo se fumaba un cigarro de vez en cuando, pero no era común que consumiera cocaína. Foto: AFP

Un hombre de 41 años que vive a cinco cuadras de Puerta 8, un barrio pobre al oeste de Buenos Aires (Argentina), consumió cocaína envenenada el último miércoles y su familia vivió momentos de angustia durante el proceso de recuperación.

El pasado miércoles su padre Alfonso lo halló tirado en la cama, inconsciente, y lo trasladó rápidamente al centro médico, donde los médicos le salvaron la vida.

En diálogo con la cadena BBC, el progenitor sostuvo que ahora su hijo está “rebién” y ya se encuentra de nuevo en su vivienda. “Pero cuando lo vi ayer estaba tirado en una cama, muerto. Lo zamareaba (golpeaba), lo sopapeaba y no reaccionaba, estaba muerto”, recordó.

Los investigadores creen que el estupefaciente podría haber estado mezclado con algún tipo de opioide, dado que los intoxicados reaccionaron bien al fármaco anti-opioides. El consumo de la droga adulterada ha provocado al menos 23 fallecimientos y cerca de 100 hospitalizaciones.

En tanto, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, hizo un llamado para que cualquier consumidor que haya adquirido cocaína en las últimas 24 horas se deshaga de ella.

Al ingreso de los cuatro hospitales a donde fueron movilizadas inicialmente las víctimas, se veían familias llorando y abrazándose afuera, mientras esperaban información sobre sus parientes. Asesores del gobierno provincial contaron a BBC que se cree que “el número de víctimas podría ser mayor”.

Angustia de la familia

El drama de la familia de la víctima empezó el miércoles por la mañana, cuando Santiago, el pequeño hijo del hombre, de solo 4 años, llamó desesperado a su madre, para avisarle que su padre no se paraba de la cama. “Papá no se despierta”, el menor le dijo a su mamá.

“Ella se levantaba a las 4.30 a. m. para ir a trabajar y Santiago quedaba a cargo de su padre, quien lo despertaba y le preparaba el desayuno”, declaró el abuelo. Pero el miércoles, eso no sucedió.

“Santiago lloraba y decía: ‘Le pego cachetazos a papá y no se despierta’”, contó Alfonso. “Me dolía el alma, pobrecito mi nietito. ¿Sabes lo que es pasar por eso?”.

La madre le pidió que llame a su hermano mayor, quien tampoco pudo hacer reaccionar a su padre. “Le dijo a su mamá que estaba mal, que le salía baba de la boca y no se despertaba”, expresó.

Ella llamó a Alfonso, que vive a pocas cuadras de su casa. “Agarré la bicicleta y me fui corriendo”, rememoró.

Incertidumbre en el hospital

Cuando vio a su hijo tirado en la cama imaginó que ya no presentaba signos vitales. “Estaba viajando ya para el cielo”, aseguró.

“Vino mi hija, lo sentamos, le dimos unos tortazos y se despabiló un poco. Lo tuve que llevar yo al hospital. Es alto, mide casi 2 metros, ¿sabes lo que pesa ese cuerpo muerto?”, manifestó la madre de la víctima.

“Con la ayuda de mi hija y un amigo lo subimos al auto de ella y lo llevamos al hospital Bocalandro. Ahí le hicieron un lavaje y qué sé yo cuánto. Le pusieron suero, le hicieron de todo y gracias a Dios se salvó”, añadió.

El día del miedo

Alfonso aseveró que su hijo “se fumaba un porrito (cigarro) de vez en cuando”, pero no era común que consumiera cocaína.

“El miércoles llegó a las 3.00 a. m. de trabajar y se juntó con unos amigos en Puerta 8. Con ellos tomó la cocaína que estaba envenenada. De los otros que habían estado consumiendo todo el día, unos cuantos murieron”, esclareció la mujer.

Su hijo, en cambio, fue dado de alta a la medianoche, después de siete horas de permanecer internado. “Menos mal que tomó poco”, comentó el padre.

Dos amigos de su hijo de Puerta 8 que también habían recibido el alta médica murieron unas horas más tarde, señaló. “Uno se descompensó al llegar y otro se puso a fumar un porro y también se descompensó y murió”, detalló.