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“Fue un pecado de carne”: Papa Francisco defiende a obispo acusado de intimar con una mujer

El papa aseguró que hay pecados más graves como la soberbia y el odio. Resaltó también que el obispo es pecador “como lo somos todos”.

El líder de la Iglesia Católica no asistirá a las reuniones destinadas a combatir la emergencia climática; sin embargo, se reunirá con varios dirigentes cuando asistan a la cumbre del G20 en Roma. Foto: EFE
El líder de la Iglesia Católica no asistirá a las reuniones destinadas a combatir la emergencia climática; sin embargo, se reunirá con varios dirigentes cuando asistan a la cumbre del G20 en Roma. Foto: EFE

El papa Francisco defendió al obispo de París Michel Aupetit, de quien aceptó su renuncia por haber mantenido una supuesta relación impropia con una mujer, pero dijo que no era “un pecado grave” y que tomó esa decisión “no por la verdad”, sino porque “fue puesto en el altar de la hipocresía”.

Hace unos días, Francisco aceptó la renuncia de Aupetit, quien puso su cargo a disposición del pontífice después de que la prensa revelara que mantuvo una relación con una mujer en 2012.

Sin embargo, el pontífice aseguró que no se sabe bien de qué le acusan, preguntó a los periodistas “qué había hecho de tan grave” y al no recibir respuesta dijo: “Si no conocemos la acusación, no podemos condenar”.

Además, el papa admitió que esa relación “fue un error” y que hubo “masajes y caricias” a su secretaria, pero que “esto no es un pecado grave” porque es “un pecado de la carne”.

Aseguró que los pecados más graves “son otros como la soberbia, el odio” y que el obispo es pecador “como lo somos todos”.

“Por los chismes a un hombre, se le ha quitado la reputación y no puede gobernar. Esto es una injusticia. Por eso, acepté la dimisión, pero no sobre el altar de la verdad, sino por el altar de la hipocresía”, aclaró.

El último viernes, Aupetit anunció que había puesto su cargo a disposición de Francisco, tras negar las informaciones publicadas por el semanario Le Point, según las cuales habría tenido un idilio con dicha mujer.

“Los dolorosos acontecimientos de la semana pasada, sobre los que ya he hablado, me llevaron a poner mi misión en manos del papa Francisco. Esto, para preservar la diócesis de la división que siempre provocan la sospecha y la desconfianza”, aseguró el exarzobispo.