La hecatombe hecha país: el drama que padecen en Haití
Tragedia. La República charló con una experta sobre la inestabilidad política y con un periodista haitiano para conocer la cruda situación. “Todavía hay muertos en los escombros”, apuntó.
Una semana después del demoledor terremoto de 7,2, Haití está devastada. Esta nación caribeña de casi 12 millones de habitantes encadena años de crisis económica, desastres naturales y hace meses incluso registró un magnicidio. Un hilo mortal que parece interminable.
“Haití está en crisis recurrente desde finales de los 80 y no logra ser un país que se estabiliza”, señaló Rogelia Arévalo, máster en Ciencia Política de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas.
La tormenta tropical Grace afectó esta semana el país, a pocos días del terremoto que dejó más de 2.100 decesos, 12.200 personas heridas y 330 desaparecidas. El viernes inclusive saquearon cuatro camiones que transportaban ayuda humanitaria.
“Hay pánico, la gente anda con miedo”, subrayó el periodista haitiano Alexander Galvez a este diario. “La cantidad de personas, la dificultad del tránsito, la situación está muy complicada, porque hay lugares donde todavía hay muertos en los escombros”.
Búsqueda desesperada
Cada vez hay menos esperanzas de rescatar a personas tras el terremoto. La desesperada búsqueda, de la mano de brigadas internacionales, se realiza en medio de réplicas incesantes.
“La gente está durmiendo en la calle”, contó Galvez desde Haití. “El sur está totalmente destruido; habrá un éxodo de gente de la capital”, avizoró.
Gobiernos de diversos países y varias ONG prosiguen con el envío de auxilio, en medio de una carestía mayúscula entre la empobrecida población. “Falta ayuda, hay mucha gente necesitada, hay lugares donde no llega agua”, alertó Galvez.
Los víveres no solo son insuficientes. Corresponsales extranjeros reportaron que, sin la debida logística, el viernes lanzaron arroz en Los Cayos, la tercera ciudad más grande de Haití. El resultado: refriegas entre la multitud.
“Aunque son desastres naturales, de alguna manera vuelven a poner la atención en la fragilidad institucional. Son elementos que seguramente se dan a conjugar con la realidad política de Haití, porque esto tiene mucho que ver con la realidad institucional”, afirmó Arévalo.
La escena es repetida: en 2010 hubo más de 200.000 muertes y la promesa de reconstrucción no se cumplió. El país continúa en la desgracia.
Elecciones en la mira como salida a la crisis
El viernes el primer ministro de Haití, Ariel Henry, prometió ante la OEA organizar comicios “lo antes posible”.
“Resulta imperativo que volvamos rápidamente al funcionamiento normal de las instituciones democráticas”, dijo.
No obstante, la politóloga Arévalo matizó que los sufragios “van a detener por un momento la crisis política”, pero no la resolverán.
En la misma sesión, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, abogó por “tener un esfuerzo sostenido que permita un Haití cada vez con instituciones más fuertes, cada vez con mejores capacidades, con mejor gerenciamiento para atender estas crisis”.
“Los organismos internacionales deben estar muy pendientes para contribuir de alguna manera, en la medida de sus facultades, a lograr que el país vuelva a tener una meridiana o aceptable estabilidad política que permita que empiece a funcionar de nuevo”, finalizó Arévalo.