“Inhumano”: Chile se niega a brindar asilo a afganos de la comunidad LGBTIQ+, denuncia ONG
Movimiento homosexual afirmó que la Cancillería chilena se rehusó a entregar salvoconductos para poder trasladarlos tras el retorno del régimen talibán.
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A pesar de las gestiones realizadas para dar asilo en Chile a personas afganas de la diversidad sexual, el Gobierno del presidente Sebastián Piñera se negó a entregar salvoconductos para poder trasladarlos, acusó la organización no gubernamental (ONG) Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh).
“Esto es lamentable e inhumano, la Cancillería de Chile se negó a otorgar salvoconductos a personas afganas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales, queer y otras (LGBTI)”, señaló el Movilh a través de un comunicado.
El organismo explicó que habían realizado varias gestiones internacionales, principalmente con la Asociación Internacional LGBT (ILGA, por su sigla en inglés) en Asia, para poder conseguir vuelos y traslados para los afganos que se autoreconocieran como miembros de la diversidad sexual, quienes podrían ver amenazada su integridad tras el avance del grupo conservador talibán en el país.
El plan era movilizarlos hasta países cercanos que tuvieran embajadas chilenas (Afganistán no posee) y ahí entregarles salvoconductos que les permitieran movilizarse de manera segura, amparados por la diplomacia internacional.
“El Gobierno actúa con una total falta de empatía frente a lo que ocurra con los afganos de la comunidad LGBTIQ+, es una vergüenza internacional, a Chile le gusta jactarse de sus logros y estándares internacionales en materia de derechos humanos, pero jamás ha brindado ayuda focalizada a extranjeros de la diversidad sexual en periodo de crisis”, afirmó el vocero de la organización, Jaime Chomalí, en el mismo comunicado.
Por último, agregó que la organización emite sus disculpas “por la insensibilidad de Chile” y que se compromete “a seguir gestionando con otras formas de ayuda, eventualmente en alianza con otros países de la región”.
Del 6 al 14 de agosto, el movimiento talibán (organización terrorista proscrita en Rusia) se hizo con el control de todas las capitales provinciales y el día 15 entró en Kabul, tomando el poder en la ciudad y, como aseguró más tarde, de todo el país.
La ofensiva de los islamistas rebeldes contra las tropas gubernamentales concluyó dos semanas antes de finalizar la retirada de Estados Unidos y sus aliados, tras dos décadas de presencia militar en Afganistán. El presidente afgano, Ashraf Ghani, abandonó el país y los talibanes afirmaron que aspiran a un traspaso completo y pacífico del poder.
