El doctor de EEUU que comió heces de sus pacientes para frenar una epidemia y cambió la forma de comer en el mundo
Joseph Goldberger murió sin ver confirmada su hipótesis. Gracias a su experimento con perros halló una cura barata en EE.UU.
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Joseph Goldberger es el médico y epidemiólogo que impresionó con su caso al comer heces de sus pacientes para salvar a Estados Unidos de una epidemia. En 1914, inició su investigación sobre la pelagra que estaba matando a más del 40% de casos, según BBC. Se creía que era contagiosa, ya que siempre se propagaba en grupos, pero había más por descubrir.
La pelagra era conocida como "la plaga de los aparceros". Esta enfermedad fue identificada por primera vez en 1735 por Don Gaspar Casal en campesinos españoles. Se caracteriza por las "cuatro D": dermatitis, diarrea, demencia y muerte. Todo ocurrió en un momento en que la alimentación no era estudiada totalmente en la medicina.
El experimento de Joseph Goldberger con reclusos
Era 1914, el doctor Joseph Goldberger fue asignado por el Cirujano General para investigar la epidemia de la pelagra en el sur de Estados Unidos. Uno de sus experimentos más conocidos fue con reclusos, ya que eran los más afectados, mientras que el personal estaba bien. Este punto le hizo pensar en que no era una enfermedad infecciosa, sino de alimentación y dieta, según BBC. Era momento de comprobar ciertas hipótesis.

Joseph Goldberger realizó su primer experimento con prisioneros. Foto: BBC
Alrededor de 12 presos de una prisión de Mississippi recibieron una dieta rica en grasas, sémola de maíz y melaza, sin proteínas ni verduras frescas. Después de seis meses, todos tuvieron pelagra. Sus colegas insistieron en que todo era por un germen, pero Goldberger afirmaba que era una deficiencia dietética. Había desacuerdos y se suspende el experimento.

Diarios mostraron el avance de la investigación de Goldberger. Foto: BBC
Siguiente experimento de Goldberger: comer heces
“Esos asnos ciegos, egoístas, celosos y prejuiciosos, rebuznando sus supuestas críticas”, habría dichoel médico sobre sus colegas, según BBC. Ante una primera negativa y frustración por el experimento con reclusos, Joseph Goldberger probó algo más radical: él mismo. Algunos colegas y su esposa fueron persuadidos y también terminaron uniéndose a la "fiestas de inmundicia". Todos se inocularon heces de pacientes con pelagra, pero la sorpresa llegó al poco tiempo: ninguno se enfermó, solo tuvieron diarrea.

Mary Humphreys Farrar, esposa de Goldbenger, participó también en el experimento radical. Foto: BBC
¡Una buena noticia para Goldberger! Tenía las pruebas para demostrar que la pelagra no era contagiosa, sino una deficiencia dietética que afectaba a grupos de personas por una mala alimentación. Sin embargo, al compartirlo en público fue muy criticado, así que decidió buscar una cura a bajo costo para la pelagra.

Joseph Goldberger llamó "fiestas de inmundicia" a su siguiente experimento. Foto: BBC
Pruebas con perros para hallar una cura barata
En 1923, Joseph Goldberger encontró la cura al experimentar con perros. Les dio una dieta sureña con un estimulante del apetito, ya que los animales no querían comerla inicialmente. Con el tiempo, ninguno se enfermó y, tras varias observaciones, concluyó en que el estimulante no los protegió, sino la levadura. Cuando la pelagra crecía, el médico llevaba levadura a sus pacientes y con unas cucharaditas ellos se curaban.
Después de varios años, en 1937, se descubrió que la causa de la pelagra era la deficiencia de niacina (vitamina B3) que depende del triptófano. Este está presente en carne, pescado, huevo, leche y queso, alimentos claves que cambiaron nuestra forma de comer en el mundo.

Anuncio de la cura para la pelagra que halló Goldberger antes de morir. Foto: BBC
Volviendo a la historia, un químico convirtió la levadura en una vitamina llamada niacina (vitamina B3). El gobierno de EE.UU. le ordenó a los molinos fortificar la harina con niacina y así Goldberger terminó siendo considerado un héroe. El médico judío demostró que muchas enfermedades pueden estar vinculadas a la nutrición y no a agentes infecciosos.
En 1909, Goldberger publicó estudios sobre infecciones parasitarias en barrios pobres, y también colaboró en investigaciones sobre sarampión y tifus. Murió en 1929 de un cáncer renal sin ver confirmada su hipótesis.





















