Libro es propiamente una continuación de su novela Paula, publicada hace 15 años. Libro es propiamente una continuación de su novela Paula, publicada hace 15 años. Carlos Villanes Cairo. Madrid. Especial para La República. Maternal. Isabel Allende. Su novela se presentará el próximo viernes en España. A medio camino entre las memorias y la autobiografía, Isabel Allende, retoma la vía perturbadora de la intimidad familiar que estrenó con Paula, publicada hace quince años, y que llegó a editarse en veinte idiomas. La suma de los días es, prácticamente, la continuación de Paula, un ejercicio de memoria, a los vaivenes de su clan que ha crecido con más amigos y nietos, pero que mantiene intactos el calor y los toques de magia y, ahora, de buen humor en la vida cotidiana de una familia de inmigrantes sudamericanos en California. Paula, la hija de la escritora chilena, murió hace 15 años cuando frisaba los 28, y recién se descubre que fue una negligencia médica lo que mató su cerebro en Madrid. Esta desgarradora historia, motivó la novela que lleva su nombre. La familia como eje "Tengo una familia compuesta, añadida, parchada, adoptada, de gente que a veces no está relacionada por lazos de sangre, de diferentes razas, creencias, temperamentos, etc. Estamos juntos porque nos queremos a pesar de las peleas y problemas, que nunca faltan. La familia nos da seguridad, protección compañía; pero también nos rompe los nervios, yo no podría vivir sin ella", ha confesado la narradora. Ahora más que madre se siente matriarca, madura y madraza, abuela, a sus 65 años recién cumplidos, y cuida a su segundo marido Willie, a los hijos de él en otro matrimonio, a los suyos propios, a los de sus ayudantes, a sus amigas de infancia, a las halladas en el camino de la vida y hasta de sus propios padres que ya son muy ancianos. Los matices humanos La suma de los días abarca desde la incineración de Paula en California hasta la actualidad y el lector, bien llevado por el hechizo verbal de Isabel Allende, asiste a las contingencias más íntimas de esta escritora que desde que publicó su primer libro La casa de los espíritus, en 1982, transforma, casi en el acto, sus creaciones en best sellers. Asistimos, sólo por poner unos cuantos ejemplos, al drama de una hijastra drogadicta, su embarazo prohibido y su niña que vive a pesar de los malos pronósticos que luego es adoptada por dos lesbianas, una médico y una monja budista; al renacimiento de una mujer blanca casada con samoano que la maltrataba día y noche, acostumbrada luego a tener citas a ciegas con muchos hombres diferentes; a reuniones de brujas buenas: adivinaciones de magas, terapia a caballo entre la ciencia y el encantamiento, o como un hijo maltratado rompe la cara a su padre para mantenerlo quieto; o la intervención gratuita de un principiante para implantar pechos de silicona a una mujer lisa como una tabla. En fin, horas de penas y triunfos, o sus "Cuatro minutos de gloria" cuando asistió a la filmación de La casa de los espíritus en varias partes del mundo. Interlocutora etérea Escrita en primera persona, esta novela tiene una sola interlocutora: Paula. A ella le cuenta la autora, en voz baja y apasionada, todo cuanto sucede. Por eso, su tono es confidencial, de amiga inolvidable y receptora de sus reflexiones, temores cotidianos y alegrías. El lector se convierte en un testigo conmovido y agradece la fuerza con que algunos escritores saben desnudar su alma frente a las aristas del amor, aun cuando los protagonistas llegan al umbral de la vejez. "Al escribir sobre mi familia he podido ver las relaciones con cierta perspectiva, darme cuenta de las corrientes y las tensiones subterráneas que nos llevan en diferentes direcciones: también he llegado a conocer mejor a cada uno de los míos. Todos tienen su propia versión de los hechos y he tratado de barajarlas en forma equilibrada, lo que no siempre es posible", ha dicho la novelista. Pero, ¿terminan aquí los recuerdos personales de Isabel Allende? No. Al concluir el libro pone "Fin" y entre paréntesis: "por el momento". Perfil LA AUTORA. Isabel Allende nació por accidente en Lima, en 1942. Es autora de libros tan conocidos como De amor y de sombra (1984), Eva Luna (1987) El plan infinito (1991), Hija de la fortuna (1999), Retrato en sepia (2000) e Inés del alma mía (2006). Iba a ser novela histórica Cada 8 de enero, Isabel Allende empieza a escribir una nueva novela. Este año pasó la noche del 7 desvelada porque un vendaval de lluvia y viento azotó su casa. Al amanecer se recluyó en su cuartito de escritura. Sonó el teléfono. Era Carmen Balcells, su agente literaria, la llamaba desde Santa Fe de Segarra. Y sin mucho preámbulo le pidió que le leyera la primera frase de la novela. "De primera frase, nada todavía", le respondió Isabel, y pensó que de Cataluña a San Diego hay 9 horas de diferencia. La escritora chilena había recabado abundante información para escribir una novela histórica y así se lo comunicó a doña Carmen, quien le pidió que escribiera un libro de memorias. "-Ya las escribí, ¿no te acuerdas? –Eso fue hace trece años. –A mi familia no le gusta verse expuesta, Carmen. –Tú no te preocupes de nada. Mándame una carta de unas doscientas o trescientas páginas y yo me encargo de lo demás. Si hay que escoger entre contar una historia y ofender a los parientes, cualquier escritor profesional escoge lo primero. –¿Estás segura? –Completamente." (La suma de los días, p.14)