La "Era Ozempic" en Hollywood: ¿Avance en salud o presión por cumplir con estándares de belleza?
Hollywood se fracciona, algunas celebridades usan fármacos para bajar de peso mientras que otras optan por métodos tradicionales como dieta y ejercicios.
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El intérprete Eric Stonestreet, quien fue diagnosticado con diabetes tipo 2, halló en Mounjaro una posibilidad efectiva para tratar su salud, pero no todos tuvieron la misma suerte. La comediante Amy Schumer, tras tener una experiencia negativa con Ozempic, se proclamó en contra de los efectos que pueden acarrear estos y otros tratamientos, por lo que hizo incapié en la importancia de la supervisión médica.
La historia de Lottie Moss, quien hizo uso del fármaco sin seguir las recomendaciones sanitarias, evidencia los peligros de la automedicación, ya que su experiencia, con convulsiones mediante, demuestra la necesidad de un uso responsable de estas medicaciones.

Ozempic. Foto: Shutterstock
Alternativas a la pérdida de peso: métodos convencionales
A pesar de los medicamentos que existen hoy para la obesidad, algunos personajes, como Jonah Hill, decidieron optar por métodos convencionales. Hill compartió su viaje de pérdida de peso utilizando maneras más tradicionales. Mediante una dieta equilibrada y el ejercicio puro, logró conseguir cambios significativos sin necesidad de tener que recurrir a los fármacos.
Este enfoque sintoniza con los que argumentan que mantener una relación más sana y sostenible con la comida y el ejercicio puede provocar la perdida de peso sin peligros ni riesgos.
La estética en Hollywood
La llegada de la era Ozempic suscitó un debate necesario sobre la salud, la estética y el body-positive en Hollywood. Las experiencias de los famosos, desde la celebración de sus propias transformaciones corporales hasta las advertencias en contra de los efectos secundarios, muestran la complejidad de la relación entre imagen y salud.
En una lectura social marcada por cifras que indican que más del 40% de la población es obesa, atender a estándares de belleza puede implicar decisiones arriesgadas. En efecto, la industria del entretenimiento tiene que hacerse eco de cuál es su responsabilidad a la hora de promover determinados tratamientos y la de contribuir a la construcción de imágenes corporales positivas y saludables.