Pedro Barreto: “Tenemos que acompañar a quien sea elegido, pero con vigilancia cívica”
Entrevista al cardenal y arzobispo metropolitano de Huancayo, quien señala que los candidatos presidenciales “deben jurar que dejarán el poder el 28 de julio del 2026 y no buscarán la reelección”.
El cardenal Barreto destaca que los candidatos hayan firmado la proclama ciudadana, que expresa las preocupaciones del 70% del país que no votó por ellos, pero remarca que es importante que hagan un juramento solemne ante el país. Critica la polarización desatada en esta campaña, que es mayor a la que hubo en otros procesos.
¿Qué los motivó a presentar la proclama ciudadana “Juramento por la democracia”?
Desde la sociedad civil estamos preocupados, en este momento tan difícil, tan aciago, en el que tenemos que participar todos, no solamente los candidatos presidenciales. La crisis sanitaria y sus efectos dolorosos en la vida personal, familiar, social del Perú, está generando de por sí desesperanza, lágrimas, hambre y muerte de seres queridos, y a esto se añade la dura y desconcertante realidad de la elección el 6 de junio, lo que ha hecho surgir muchas interrogantes y polarización. Por eso, un grupo de ciudadanos nos reunimos para ver qué podíamos hacer, y tengo que hacer mención a Rafael Roncagliolo, que en paz descanse, que estuvo presente en la primera de las ocho reuniones que tuvimos hasta la elaboración de la proclama ciudadana. Él dijo: tenemos que hablar, tenemos que actuar. El Perú se está polarizando cada vez más.
Y se pusieron a trabajar en ello…
Con esta convicción de Rafael nos pusimos a trabajar en doce dificultades. Llegamos a doce puntos básicos para vivir en democracia. y llegamos a la primera parte del proceso que es la elaboración de la Proclama ciudadana: Juramento por la Democracia, tal como ya se conoce.
¿Por qué lanzarla ahora, si en otras elecciones también hubo polarización?
Aquí se juntan dos cosas. Primero: el país está sumido en la crisis sanitaria, con la pérdida de seres muy queridos, con más desempleo y pobreza, y Segundo: el proceso electoral se ha sumado a situación que ha agudizado las contradicciones. Esta polarización, así de extrema, nunca antes se ha visto en nuestra historia. Por eso nos inspiramos en la proclama de la independencia de la República, que nos hace tomar conciencia de “la voluntad general de los pueblos” que pone los mínimos democráticos para aquellos que quieren servir al país desde la Presidencia de la República.
¿Cómo toman que los candidatos la hayan firmado con tanta prontitud?
Nos ha llamado gratamente la atención. Esta pronta respuesta indica objetivamente la disponibilidad de ambos candidatos para cumplir fielmente esta proclama ciudadana. Ahora falta dar el paso del juramento que deben hacer tanto la señora Keiko Fujimori como el señor Pedro Castillo, antes de comenzar los debates. Estamos en contacto con voceros de los dos partidos para que esta ceremonia se realice en los próximos días. Yo seré el moderador de esta solemne juramentación por la democracia, que será en un acto presencial de los dos candidatos y transmitido por los medios de comunicación. Haré una breve introducción para valorar el gesto de ambos candidatos que han decidido juramentar libremente esta proclama, después la leeremos de manera solemne, y luego los candidatos jurarán ante el país, que es lo más sagrado que tenemos, ante su gente, sus culturas, su población, especialmente las poblaciones originarias de la amazonía, que muchos señalan como ignorantes, pero que en realidad han sido ignorados por mucho tiempo, al igual que las comunidades campesinas de los andes y de todos los que habitan en nuestra costa.
¿Por qué es importante un juramento solemne?
Es una proclama ciudadana, que expresa el sentir de la población y la hemos lanzando en conjunto la Iglesia Católica y la Unión de Iglesias Cristianas Evangélicas del Perú, la Asociación Civil Transparencia, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos. Se trata de actualizar el “voto solemne” por la democracia. Realzar la seriedad y compromiso de la proclama. Por eso se requiere de una juramentación y nosotros, como ciudadanos y ciudadanas, acompañaremos con respeto a quien salga elegido, con responsabilidad, pero al mismo tiempo con vigilancia cívica, que es parte esencial de la democracia.
¿Cómo garantizar que cumplirán la proclama y no será una firma más?
Estamos elaborando una comisión de vigilancia y acompañamiento cívico para el fiel cumplimiento de estos presupuestos democráticos que se señalan en la proclama ciudadana. En ese sentido, no será simplemente un juramento de los candidatos presidenciales. Es también un compromiso de la ciudadanía. El lunes 17 a las 11 am se realizará la juramentación, en un lugar que está por definirse. Será una ceremonia breve pero muy fecunda, de esperanza, porque la proclama ciudadana quiere encausar las divergencias que tenemos, y que se han manifestado a veces con algunos signos de violencia, que rechazamos de plano, pues la violencia no construye, sino destruye el tejido social del país; y no nos merecemos tener un país que se desangra por la división y el enfrentamiento. Es hora de la unión de todos por la causa de la democracia y el bien común del país.
¿Quiénes conforman la comisión de vigilancia?
Estamos en proceso de definición, pero lógicamente serían personas que representen al país, que gocen de su confianza, y estén dispuestos a ser muy transparentes y objetivos en este acompañamiento respetuoso, pero exigente, del cumplimiento de los 12 fundamentos de la democracia que se señalan en la proclama ciudadana.
Ustedes han planteado mínimos democráticos ¿cómo se traducen en hechos concretos, por ejemplo, en la vacunación universal y la atención a los más pobres por la pandemia?
Precisamente, esas son las propuestas que deben responder los candidatos presidenciales. Nosotros, en la proclama ciudadana ponemos los mínimos, el cómo se hará debe ser explicado por los equipos técnicos de cada candidato, para resolver este primer punto, que es crucial. Y hay que reconocer que el gobierno actual está avanzando mucho en la vacunación. A mí todavía no me ha llegado mi turno de vacunación y en Huancayo recién comenzará la próxima semana, pero creo que ha habido un avance cualitativo que hay que reconocer, y que el próximo gobierno tendrá que continuar para que la mayoría de la población esté vacunada y podamos cuidarnos mutuamente y así salgamos de esta terrible situación que está afectando gravemente al país.
Un punto es el respeto a la libertad de expresión y de prensa, ¿pero cómo creer que se cumplirá, si han despido a la periodista de un canal que le dijo a la señora Fujimori que harían una cobertura imparcial?
En realidad, como miembros de la proclama ciudadana no podemos pronunciarnos al respecto. Es la misión que le corresponde a organismos del Estado.
En el ítem sobre el respeto a los tratados internacionales, ¿se puede asumir que se refiere a los TLC y al Pacto de San José?
Así es. Y creo que es muy importante señalar que el Perú, como Estado, tiene que ser garante también de todos los compromisos que se han asumido. Y para despejar cualquier duda también hemos señalado que deben jurar que dejarán el poder el 28 de julio del 2026 y no buscarán la reelección. Esto me parece muy importante porque en la población hay mucha preocupación respecto a propuestas que generan continuidad en el poder o falta de respeto a la Constitución. También está que se comprometan a una educación de calidad para que se acorten las brechas de inequidad, y que no vuelvan a repetirse hechos dolorosos, pero heroicos de niños y niñas que tienen que caminar varias horas para tener una conexión al internet que les permita seguir con sus clases.
¿Por qué llegamos esta polarización, por la democracia débil que tenemos y que no se mide en que todos tengamos los mismos derechos de salud y educación?
La democracia es un sistema que no es perfecto, pero es el mejor que expresa la voluntad del pueblo. Así lo dice la doctrina social de la Iglesia, y es muy importante reconocer que estamos en un momento de cambio de época, y quiero verlo con mucha esperanza. Es un cambio de época en la política, en el sentido de que todos miremos el bien común del país, y que no busquemos el interés de mi partido o mi grupo. La persona que salga elegida el próximo 6 de junio tiene que pensar en el bien común del país, aunque tengamos diferencias, pero que nos dé la seguridad de un cambio de época, en la política, en la economía. No debemos sujetarnos a las finanzas, pues si bien la economía es muy importante, el centro de un estado, de una sociedad, es la persona humana, comenzando por los más alejados, por los más descartados. La fraternidad tiene el rostro de los pobres, que vivan con esperanza en nuestro país, y que éste sea la cada de todos, donde haya trabajo digno para todos, y una familiaridad que nos lleve a dialogar, pudiendo discrepar, pero no faltarnos al respeto.
Un sector cuestiona que un cardenal esté liderando esta propuesta
Es que las instituciones me lo han pedido. Y hace 200 años, la Iglesia Católica estuvo presente en la proclama de la independencia. Estamos reviviendo esta ilusión de la independencia, con problemas, como nosotros estamos viviendo ahora. La proclama ciudadana es un espacio para la inclusión social de todos, los partidos políticos y la ciudadanía, comenzando por los más pobres, los que están sufriendo más en este momento. El Papa Francisco dijo que como humanidad somos analfabetos en la solidaridad. Tenemos mucha tecnología, y está ayudando muchísimo en este tiempo. Nos alegramos por ello, pero somos analfabetos para cuidar la fragilidad de los que sufren, los que están en soledad y en abandono.
Algunos no ven con buenos ojos su participación y dicen que eso es participar en política…
La Iglesia está involucrada en el proceso político porque participa de la dimensión política de la existencia humana, pero no es partidaria de ninguna agrupación política, no puede abogar por un candidato ni partido sobre los demás. Nuestra causa es la defensa de la vida y dignidad de la persona humana, la protección de los débiles y vulnerables, y el cuidado de nuestra casa común, como nos lo enseñó Jesús. La Iglesia participa en el proceso político porque es parte de la sociedad, pero no debe ser utilizada por ese proceso.
¿Usted formará parte de la comisión de vigilancia de los compromisos?
Recién se está formando la comisión, pero si es necesario, la Iglesia, a través de un obispo o sacerdote, está muy dispuesta a colaborar, pero también los laicos y los hermanos evangélicos, que están caminando junto a nosotros en este sentido.
“Es una vergüenza que se llegue a esos extremos”
¿Qué tan importante son los debates del Jurado Nacional de Elecciones?
Mucho. El sistema electoral, en la primera vuelta, fiel a su historia, ha cumplido a cabalidad la misión que se le ha encomendado. No ha habido ningún reclamo de manera seria, respecto a la primera vuelta, y nos da esperanza de que en la segunda vuelta se mantendrá.
¿Cómo ve el desarrollo de la campaña tan polarizada, que ha tenido incluso invocaciones de muerte para uno de los candidatos?
Es una vergüenza. Lo digo con claridad. Es una vergüenza que un país civilizado lleguemos a esos extremos, de un lado y de otro. Eso está indicando que tenemos que reflexionar y darnos cuenta de que con el insulto, la mentira y la destrucción de la otra persona nos está destruyendo como país. Las luchas internas en un reino, como dice Jesús, lo lleva a la ruina. Estamos a tiempo de reaccionar. Esta proclama ciudadana quiere expresar el sentir de más del 70% de la población que no votó ni por el señor Pedro Castillo ni por la señora Keiko Fujimori. Pero no basta con que los candidatos firmen, sus partidos también deben asumir y ayudar a cumplir fielmente estos mínimos para poder que haya mayor esperanza en el futuro próximo que será muy difícil.
¿Cómo ve el papel de los medios en esta campaña?
No puedo hacer una crítica porque no tengo todos los elementos, pero creo que los medios de comunicación están haciendo esfuerzos, y ahora más que nunca, aceptan la propuesta de que no se puede aumentar las tensiones. La acogida de la proclama ciudadana es realmente un cauce de paz, esperanza. No está a favor de un candidato o de otro. Y cualquier persona que la lea, sin ideología, aceptarla con mucho gusto. Hay muchas cosas por añadir, pero están los mínimos para que todos estemos de acuerdo.
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