Educación

Deserción escolar, el reto que afecta a la juventud y limita sus oportunidades en el mercado laboral: ¿cómo combatirlo?

Este fenómeno no solo compromete los derechos educativos de la niñez, sino que también agrava las brechas de equidad, limitando las oportunidades de desarrollo personal y profesional.

Deserción escolar afecta las oportunidades  laborales. Foto: difusión
Deserción escolar afecta las oportunidades laborales. Foto: difusión

La deserción escolar se ha convertido en un problema crítico que afecta el desarrollo de miles de jóvenes en el país. La Red de Estudios para el Desarrollo (REDES) ha alertado sobre la alarmante cifra de más de 46 mil estudiantes de primaria que abandonaron el sistema educativo entre 2022 y 2023. Este fenómeno no solo compromete los derechos educativos de la niñez, sino que también agrava las brechas de equidad, limitando las oportunidades de desarrollo personal y profesional.

Las causas de esta problemática son diversas y complejas. La necesidad de generar ingresos en hogares de bajos recursos, el embarazo a temprana edad y las dificultades de aprendizaje son factores que contribuyen a la deserción escolar. Según César García, economista de REDES, “cuando los estudiantes abandonan la escuela en sus primeras etapas de formación, pierden la oportunidad de adquirir habilidades básicas y competencias esenciales que son necesarias para integrarse de manera efectiva en la fuerza laboral”

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Impacto en el rendimiento académico

Los resultados de la Evaluación Nacional de Logros de Aprendizaje (ENLA) revelan un panorama preocupante. En 2023, solo el 23% de los estudiantes de cuarto de primaria alcanzó un logro satisfactorio en Matemática, mientras que el 33% lo hizo en Comunicación. Estas cifras se encuentran por debajo de los niveles pre pandemia, siendo especialmente críticas en regiones como Ucayali, San Martín y Loreto, donde los desafíos educativos son más pronunciados.

Estrategias para prevenir la deserción

Investigaciones como la de Prevatt y Kelly (2003) sugieren diversas estrategias para prevenir la interrupción educativa. Entre ellas se destacan los incentivos para la asistencia escolar, como programas de entrega de alimentos y ayudas económicas, que fomentan la matrícula y asistencia. Además, se propone la reestructuración escolar mediante la reducción del tamaño de las clases y la ampliación de las horas de enseñanza.

Asimismo, el desarrollo de habilidades socioemocionales, como la resolución de conflictos y el control emocional, es fundamental. Facilitar el acceso a la educación superior a través de formación vocacional y pasantías también es crucial para promover la continuidad y culminación de la etapa académica, asegurando una adecuada transición hacia el mercado laboral.

La importancia de un sistema de protección educativa

Investigaciones de GRADE y Leyton et al. (2020) resaltan la necesidad de un sistema de protección educativa integral enfocado en los estudiantes más vulnerables. Este sistema no solo debe prevenir el abandono escolar, sino también promover el bienestar físico y mental de los jóvenes. El desarrollo profesional docente se presenta como un factor clave para reducir la deserción, así como la formación continua de educadores en estrategias pedagógicas inclusivas y en el uso de tecnologías educativas.

Implicaciones económicas de la deserción escolar

La deserción escolar no solo representa una crisis educativa, sino también un desafío estructural con profundas implicaciones en la productividad laboral y el crecimiento económico. Cada estudiante que abandona el sistema educativo significa una pérdida potencial de capital humano, afectando la capacidad de una nación para innovar y competir en un mercado globalizado. La falta de habilidades básicas y competencias adquiridas en la educación formal perpetúa ciclos de pobreza y desigualdad social.