Economía

Inversión privada: el motor del PBI que no sale del letargo

Reto. El indicador clave que concentra gran parte de las inversiones totales crecerá 2,3% este 2024 después de dos años en negativo, pero dista de su performance de otros años. El fin de la inestabilidad sociopolítica deja la mesa servida para tener políticas concretas.

El pago de las utilidades 2024 es una las expectativas de los trabajadores del sector privado.
GLR

La inversión privada abarca el 80% del total de inversiones que se mueven en Perú. Académicos y funcionarios coinciden en que es la piedra angular de la economía, y para este año, su recuperación será vital considerando que se espera que el PBI rebote a 3% tras un año de recesión, donde caímos al peor nivel en 31 años (sin contar la pandemia).

Según el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), la inversión privada cerrará este 2024 con un crecimiento de 2,3% y acabaría con los dos años consecutivos en negativo: -0,4% en 2022 y -7,2% en 2023. Incluso hay una ligera mejora en las perspectivas para el corriente, ya que en el Reporte de Inflación de diciembre el ente emisor estimó un alza de apenas 1,8%.

¿A qué se debe la corrección? El BCRP alega que se llegó a un entorno de estabilidad social y política, y se revirtieron los “fuertes choques de oferta” —es decir, las protestas sociales y anomalías climáticas, de acuerdo con su argumento—, además de mejorarse las condiciones financieras para incentivar el crédito y que, a su vez, dan pie a la recuperación de la confianza empresarial.

Puede irnos mejor

Si bien la mayoría de los indicadores de expectativas empresariales del BCRP continúan en el tramo pesimista, a largo plazo, el sentir es más auspicioso: a 12 meses, las proyecciones del devenir de la economía, del sector, empresarial y contratación de personal, están en terreno optimista.

Luis Miguel Castilla, exministro de Economía y Finanzas, reconoce que la recuperación paulatina de la confianza es alentadora pero el crecimiento de la inversión privada estimado para este año es bajo e insuficiente.

A criterio suyo, el mercado peruano es golpeado por la crisis de inseguridad ciudadana y criminalidad —desde pequeños hasta grandes empresarios—, así como las vulneraciones a la seguridad jurídica, como ha sucedido con la Municipalidad Metropolitana de Lima y el Tribunal Constitucional en el caso de los peajes, ya que “marca un precedente malo en la resolución de controversias y daña la adjudicación de proyectos de concesión”.

El también exministro de Economía y Finanzas Carlos Oliva recuerda que lo ideal es que la inversión privada crezca a un ritmo mayor que el PBI como sucedió hasta antes de la pandemia —aunque lejos de las tasas de doble dígito—.

“Al final, más que por anuncios, los agentes económicos se mueven por los hechos. Creo que hay que esperar unos meses para ver las políticas específicas y sobre esa base, hablar de un impacto positivo sobre la inversión privada. No es que se vaya a mover porque cambiaron a una persona o dos”, comentó Oliva para La República, en referencia a la llegada de Gustavo Adrianzén a la presidencia del Consejo de Ministros y las de José Arista y Rómulo Mucho, a las carteras del MEF y Minem, respectivamente.

¿Qué moverá la inversión privada?

Desgranando la proyección del BCRP, vemos que la inversión residencial subirá 1,1% —es decir, la realizada en vivienda, sea casa o edificio— y la no residencial, 2,8% —habitualmente maquinaria y equipo para la formación de capital, así como construcciones comerciales— .

Dentro de la no residencial, destaca la subida de 7,8% esperada para la inversión minera tras dos años consecutivos con caídas de 8,2% y 13,3%. El comienzo de la construcción de los proyectos Reposición Antamina, Zafranal y Corani explicarán el resultado. “Con una actitud más positiva de algunas empresas mineras, podría ser algo mayor (la proyección). Sí sería una diferencia respecto al año pasado con respecto a mejores perspectivas que puedan tener ellos”, comentó Julio Velarde, presidente del BCRP.

Castilla sostiene que si bien se está promoviendo el destrabe de proyectos mineros, el rubro hidrocarburos “sigue paralizado” y el Gobierno de Dina Boluarte no está siendo consistente, aunque “ha hecho lo posible” tras potenciar al Equipo Especial de Seguimiento de la Inversión Privada, el cual logró la ampliación del Estudio de Impacto Ambiental de Inmaculada (Ayacucho) y la Ampliación de Antamina (Áncash), principalmente.

Y, respecto a la inversión no minera, la tasa de 2,0% pronosticada se ampara en el avance de obras en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez —que está al 80% y abriría sus puertas a finales de este año— así como la primera fase de la construcción del Terminal Portuario de Chancay —a inaugurarse en noviembre próximo— y el muelle sur del Callao (Muelle del Bicentenario), entre otros (ver gráficos).

El BBVA Research es más cauto, y pronostica una variación de 1,7% de la inversión privada total. Serán claves en el rebote de la inversión privada el mayor interés en proyectos de construcción y avance de obras de infraestructura, y en la minera, por el avance de algunos proyectos medianos y pequeños, como la ampliación de Toromocho (de Chinalco, en la región Junín) y San Gabriel (de Buenaventura, en Moquegua), entre otros.

Otro efecto tangible y beneficioso para la economía, al disiparse los choques de oferta ya mencionados y recomponerse la estabilidad sociopolítica, inflacionaria —este año retornaríamos por fin a nivel prepandemia (2,2%) y el empleo, se espera que el consumo también se dinamice. No solo el consumo privado crecerá a 2,7% sino también, el BCRP estima que las empresas comenzarán a reabastecer los inventarios que se redujeron durante el año pasado.

Nadie entrevista a las bodegas

Enfoque. José Távara, profesor e investigador de la PUCP

Si bien hay una recuperación de las expectativas, la encuesta del BCRP agarra la opinión de empresas de cierto tamaño y del sector formal, no expresa la opinión mayoritaria de millones de informales, del ciudadano de a pie. “¿Las expectativas de quién?”, deberíamos preguntarnos cuando hablemos.

Yo defiendo mi escepticismo sobre las proyecciones. Deben tomarse con cautela. No las trivializo pero digo que están sujetas a supuestos. Creo que se debe tomar en cuenta también la inversión de los pequeños negocios que son extorsionados. El impacto de la criminalidad es alto en las familias de barrios populares que no tienen protección. Nunca se entrevista a una bodega que le colocan granadas y le preguntamos si seguirá invirtiendo.

Otro error es la tendencia de los tecnócratas y grandes empresarios a pretender que la política y economía van por cuerdas separadas, que creen que puede haber una crisis política radical pero la economía no pestañea y las cifras no se mueven. Eso es falso. El debilitamiento de las instituciones nos pasa factura y quedarnos callados frente a los atropellos que hoy vemos de parte del Congreso —que no son respondidos por el Poder Ejecutivo— también. Pretender que esto no afecta a la economía es un grave error.

Se hace un gran daño a la economía y al bienestar. Es un error discutir cuánto crecerá el PBI por las mejoras de expectativas y se está “menos mal” que hace un año. Las élites empresariales y políticas deberían levantar la voz también y no quedarse calladas como si el statu quo fuese razonable.

Panamericanos Lima 2027: un reto para el que debemos estar preparados

La capital peruana será la sede de los Juegos Panamericanos de 2027 —por segunda vez, tras ser anfitriones en 2019—. Ya el ministro de Economía y Finanzas, José Arista, adelantó que por cada dólar invertido retornarán hasta US$4 al país.

Con el fin de sacarle el mejor de los provechos al evento deportivo, Luis Miguel Castilla alega que es una oportunidad para acelerar proyectos y que las entidades públicas vayan al mismo paso, aunque, el impacto económico será acotado porque no se ha descongestionado a Lima. No cree que la Linea 2 esté lista para 2027 y no hay un plan real para atacar la inseguridad ciudadana.

Por su parte, Carlos Oliva exhorta a tener una visión conjunta y no “cada uno con sus proyectos” o generándose enfrentamientos para así “darle a Lima el impulso que necesita”.

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