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Economía

Educación y salud influyen en la baja productividad laboral

A la cola del continente. Desde la visión de David Tuesta se necesitan hacer cambios de fondo para mejorar la competitividad en los empleos. También cuestionó los sobrecostos laborales.

Una persona construye una casa en un mes frente a otra que demora seis meses. Evidentemente, quien efectúa la tarea en un mes es más productivo, explica David Alberto Tuesta, presidente del Consejo Privado de Competitividad, una institución financiada por 18 empresas privadas.

La productividad laboral es un factor decisivo para determinar si un país es competitivo. Lamentablemente, dice el especialista, el Perú está en la cola. “Estamos en la cola de Latinoamérica. Superamos solo a tres países: Jamaica, Nicaragua y algún otro más”.

¿Y a qué se debe esa baja productividad? David Tuesta señala que la productividad está determinada por varios factores. Dos importantes son la educación y nutrición, y como complemento de esta última, la salud. Un menor que haya sufrido anemia en su infancia tendrá probablemente varias limitaciones profesionales.

En educación se requiere un buen sistema-añade el economista- desde primaria hasta educación superior, que no necesariamente implica universidad, sino buenos institutos técnicos. “Una buena relación entre la educación que se da en la universidad y los institutos técnicos versus lo que el mercado requiere contratar. Lamentablemente, las facultades o quienes definen las carreras están divorciados de lo que requiere el mercado”, precisa.

Sobrecostos laborales

Para Tuesta esos son factores estructurales. Pero la falta de competitividad de un trabajador está asociado también a la inflexibilidad laboral. Aunque los sindicatos no van a coincidir con Tuesta, el directivo asegura que el trabajador está sobreprotegido por varios beneficios pero no hay sintonía con la productividad. El sueldo mínimo es S/ 1 025 y los cálculos de productividad para el Perú, en promedio, son de 600 soles.

“El monto de esa remuneración básica (más beneficios como CTS, AFP, etc), la gran empresa puede pagarlo, quien no podrá es la pequeña empresa”, indicó.

La productividad no solo es beneficiosa para el país, también para el mismo trabajador. “Si eres más productivo te pagan más, ganas más, puedes mantener a tu familia. La base real para mejorar la competitividad está en el capital humano”, asegura.

Que asuma el Estado

Según el Banco Interamericano de Desarrollo, el costo adicional del sueldo de un trabajador es 70%. Ese porcentaje lo representa la CTS, AFPs, Seguro, indemnización por despido. Por lo general ese sobrecosto lo asume el empleador.

En Colombia, en el 2012, se acordó empezar gradualmente a reducir esa carga, sin perjudicar al trabajador, dice Tuesta. Sale del presupuesto público. Medidas como estas alientan el empleo y disminuyen la informalidad. “Todo tiene que ser gradual”, añade.

Los presupuestos generales son de impuestos que pagan todos los peruanos, entonces la carga tampoco puede subir de la noche a la mañana. Por eso es que se requiere un acuerdo, un plan, dice Tuesta.

El especialista recuerda que el Consejo Nacional del Trabajo (CNT) debiera discutir estas opciones. En el Perú no ocurre esto, se ha incrementado el sueldo mínimo y se abolió la tercerización. “Hoy, la OIT ha emitido un informe criticando la política laboral del Perú porque se han aprobado cosas sin que se haya pasado por el CNT”, cuestionó.

En el tema laboral, precisó, hay tres partes: Estado, empleador y empleado. Los tres tienen que sentarse.

Avance de infraestructura se detuvo en seco

Desde hace una década, los procesos de avance infraestructura se pararon de golpe en el país. Tuesta sostiene que en gran medida ha tenido que ver con los procesos de corrupción que se han presentado y que han contaminado todo el ámbito del desarrollo de las asociaciones público privadas (APP).

Para la ejecución de obras de infraestructura, en el Perú se requieren contratos que por su complejidad requieren firmas y compromisos de los funcionarios, quienes para evitar posibles juicios, muchos no quieren firmar o quieren diez firmas al lado de la suya, explica.

Esta situación ha detenido muchos procesos, añade. La Contraloría fiscaliza pero siembra un clima de persecución.