Advierten que el corredor del sur andino tiene una situación de conflictividad “casi permanente”
En el Perú hay alrededor de 209 conflictos sociales y 160 están activos. En el último semestre, estos se han caracterizado por una gran fragmentación de agendas y demandas, según reporte.
En la actualidad se registran 209 conflictos sociales. Estos se han caracterizado por un gran fragmentación de agendas y demandas, además, se advierte que el corredor del sur andino tiene una situación de conflictividad casi permanente, según el reporte del Observatorio de Conflictos Mineros en el Perú (OCM) que se presentó este 12 de julio.
El corredor del sur es una vía de más de 400 kilómetros que atraviesa cuatro provincias altoandinas de dos regiones, decenas de centros poblados y comunidades campesinas que reciben los impactos, tanto de la zona de extracción como del transporte de los minerales, son estas las características que según el OCM configuran la situación de conflictividad permanente.
Evolución de la cantidad de conflictos
Se observa, además, que la coyuntura de precios altos de los minerales ha coincidido, en varios momentos, con un incremento de la conflictividad social. Esto ocurrió en el anterior ciclo de precios altos en 2003-2012.
“Esto ha provocado una mayor presión sobre los territorios, tanto de la minería formal como la informal. A precios más altos, esas actividades empiezan a expandirse. Lo que vemos es que el 14,69% del territorio del país está concesionado a la minería. Están distribuidas en gran parte de las regiones del país”, explica César Flores, economista de CooperAcción.
Ante este escenario, la OCM señala que se requieren hacer giros en los abordajes de los conflictos: se debe actuar de manera urgente e iniciar con la construcción de un sistema de gobernanzas para los territorios.
Además apuntó a que las mesas de diálogos han perdido toda credibilidad, ya que solo sirven ahora para desbloquear levantamientos e instalar negociaciones que no llegan a nada.
“Para las poblaciones, las mesas de diálogo han perdido toda credibilidad, vienen usándose para apagar el incendio, pero no llegan a ningún lado ni en el mediano ni largo plazo, lo que origina que la gente se levante nuevamente y tome medidas de fuerza frente al fracaso permanente de estas mesas,” precisó Flores.