Domingo

Los mastodontes que habitaron en Junín

Rescate. Hace seis años se encontraron los primeros restos fósiles de un grupo de tres mastodontes en el distrito de Chambará, provincia de Concepción, en Junín. Es hasta ahora el más importante hallazgo de esta especie en territorio peruano. Hace unos días el detalle de los fósiles recuperados fue dado a conocer a la prensa. Hablamos con el ingeniero responsable del hallazgo y con el paleontólogo del Ingemmet que asesora la excavación.

La mañana del 27 de diciembre del 2018, mientras se encontraba trabajando en el museo de San Juan de Iscos, en Chupaca, Junín, el ingeniero Óscar Díaz recibió la visita de un policía conocido suyo, quien le traía unas muestras que parecían huesos de mucha antigüedad. “Reconocí de inmediato que se trataba de fósiles y le pedí que me llevara al lugar”, cuenta. El sitio del hallazgo quedaba en el distrito de Chambará, provincia de Concepción, y ahí pudo comprobar que había restos de gran valor paleontológico. Había un problema: por estar en los bordes de un río, era urgente rescatarlos porque la corriente se los podía llevar.

Al comienzo del siguiente año le informó del hallazgo al nuevo alcalde del distrito, pero no hubo mucho interés. El 7 de enero fue solo al lugar y comenzó a escarbar: apareció parte del fémur, un hueso enorme, que lo convenció de que podía tratarse de un mastodonte. Con ese hallazgo recibió el aval del alcalde y sus regidores, y se comunicó con el Ministerio de Cultura en Lima para pedirles el apoyo de un paleontólogo que lo asesorara en las excavaciones.

“Como yo ya trabajaba en el Museo de San Juan de Iscos, ya había hecho trámites parecidos para que nos asesoren desde Lima”. En los días y semanas siguientes siguió con las excavaciones. Encontró un colmillo, otros huesos pequeños, unos molares. Unos ayudantes se le unieron y empezaron a acompañarlo en la excavación y a recuperar algunos de los restos. Sin embargo, poco después, algunas autoridades locales del área de cultura le pidieron detener la excavación porque no era paleontólogo.

“El trabajo que había hecho hasta ese momento, siempre lo hice con la asesoría de un profesional del Ministerio de Cultura. Y ya tenía experiencia en el tema porque era responsable del Museo de San Juan de Iscos, donde también se exhiben fósiles”, explica Díaz. El caso es que tuvo que detener su trabajo.

Sin embargo, el 2021 se dio la Ley General de Patrimonio Paleontológico del Perú por la cual el Instituto Geológico Minero y Metalúrgico (Ingemmet) se convirtió en el ente rector de todas las excavaciones vinculadas a restos fósiles. Entonces pudo retomar su labor con el aval de esta institución. Incluso representantes de esta entidad visitaron el lugar el 2022. Los restos que se seguían encontrando daban cuenta de que se trataba de más de un ejemplar de mastodonte.

Ingeniero Óscar Díaz, responsable del rescate de los fósiles de mastodonte, en el lugar de excavación. Foto Iván Meza-Ingemmet

Ingeniero Óscar Díaz, responsable del rescate de los fósiles de mastodonte, en el lugar de excavación. Foto Iván Meza-Ingemmet

Un día que estaba excavando sin encontrar nada, el ingeniero Díaz fue a otra zona, porque vio una pequeña protuberancia en el terreno. Siguió escarbando y según iba apareciendo parte de esa formación se dio cuenta de que era un hueso grande. Cuando por fin pudo desenterrar todo, varios días después, se dio cuenta que podía ser parte de la pelvis. En todos estos años, debe haber rescatado unos 30 o 40 fósiles entre huesos grandes, medianos y piezas sueltas desprendidas de otras.

Mastodontes sepultados

En Chambará, lugar del hallazgo, hay tres individuos de mastodonte. Hay uno que está muy conservado y bastante completo. Aún no se han encontrado los cráneos pero sí huesos que dan cuenta de que se trata de mastodontes de la especie Cuvieronius Hyodon. En el Perú se han encontrado fósiles de esta especie y también –aunque en otra zona del país– de la especie Notiomastodon platensis. Son animales de la era del Pleistoceno, entre 2.5 millones de años y 11.500 años antes de nuestra era.

“Hasta el momento se han encontrado huesos de la pelvis ulna, radio, fémur, tibia, fíbula, costillas, rótulas, molares, en plural, porque son varios”, explica Iván Meza Vélez, paleontólogo del Ingemmet, que ha estado en el lugar como parte de la asesoría que esta institución le da al proyecto de recuperación de los restos.

¿Que pasó con estos animales? ¿Por qué murieron juntos? “En efecto, uno está a dos metros del otro, y el tercero está a unos seis metros. Si murieron simultáneamente, lo más probable es que fueran parte de una manada y quizá haya más. La hipótesis de por qué murieron juntos es que pudo deberse a un evento violento como un huaico”, comenta Iván Meza.

Paleontólogo Iván Meza identificó varios de los fósiles y asesora la excavación como experto del Ingemmet. Foto: Raúl Mendoza / LR

Paleontólogo Iván Meza identificó varios de los fósiles y asesora la excavación como experto del Ingemmet. Foto: Raúl Mendoza / LR

Hace miles, o millones de años, en el lugar hubo una laguna. El sedimento en el que se fosilizaron los huesos así lo indica. Luego, todo el lugar fue cubierto por el material arcilloso del huayco que los mató y por sucesivas avalanchas a lo largo de los siglos. En las paredes del cerro cercano, una franja de otro color da cuenta de un evento aluvial, como un huaico. “Tenemos el escenario. Una laguna, pastizales, como era la zona hace más de once mil años. Estaban pastando, ha habido alguna cordillera cerca y cayó un huaico que los sepultó. Es una posibilidad”.

De acuerdo con lo visto por Meza en el lugar de excavación, hasta ahora se ha hecho un buen trabajo. El número de restos que se han hallado y los que puedan hallarse a futuro indican que se trata del más importante hallazgo de restos de mastodonte en territorio peruano. Ningún otro se le compara, a pesar de que se han encontrado fósiles de este animal en otras zonas del país como Lima, Piura, Ica, Arequipa, Cusco, Puno, Madre de Dios.

También llama la atención acerca de la urgencia de continuar con la tarea de rescate pues un río pasa al lado de la excavación y cuando el cauce crezca la corriente erosionará y quizá pueda llevarse parte de los restos. “En diciembre, enero, ese cauce se llena. Las excavaciones están en la ribera. Todo eso se va a inundar por días o semanas y los fósiles se van a deteriorar. Quienes están haciendo la colecta están contra el tiempo. Tienen dos meses para sacar los fósiles”, dice el paleontólogo.

Molares de mastodonte encontrados en el lugar. Foto: Cortesía Oscar Díaz

Molares de mastodonte encontrados en el lugar. Foto: Cortesía Oscar Díaz

El mismo pedido hace el ingeniero Óscar Díaz, responsable del lugar de excavación. A lo largo de estos años ha trabajado con los recursos mínimos y a veces de manera solitaria a pesar de que un hallazgo de este tipo puede significar un gran atractivo turístico para la localidad de Chambará y para la región. Con el apoyo de las autoridades y un mayor presupuesto podría avanzar más rápido. Hoy los fósiles se exhiben en el auditorio de la municipalidad local, pero lo ideal sería contar con un museo de sitio. “Ya hay un terreno. Esperemos que se haga realidad”, dice el ingeniero Díaz.