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Domingo

La Mariscala, historia musical

Una opera pop que rescata al personaje de Francisca Zubiaga, La Mariscala, y reflexiona sobre el Perú, el poder y de cómo una mujer se impuso a las convenciones de su época.

Alejandra Egoavil en escena como La Mariscala. Foto: Jose Chemo Orihuela / La República
Alejandra Egoavil en escena como La Mariscala. Foto: Jose Chemo Orihuela / La República

“Quién en mil ochocientos veintiuno puede defender que existan cosas imposibles para una mujer? / ¿Quién en mil ochocientos veintiuno puede esperar que el Perú siga callando su grito de libertad? / ¿Quién se atreve? ¿Quién pretende / desafiar lo que un país entero siente?/ ¿Quién se atreve? ¿Quien se ofende? El miedo es historia... ¡La libertad es el presente!”.

Con las líneas de esta canción empieza el musical La Mariscala, una ópera pop que cuenta la historia de Francisca Zubiaga, conocida con ese apelativo por ser la esposa del mariscal Agustín Gamarra, con quien compartió el poder y las vicisitudes políticas del comienzo de nuestra república. Una mujer que se alzó sobre las convenciones machistas, patriarcales de su tiempo y dejó su huella en nuestra historia.

En el inicio de la obra una joven Francisca Zubiaga busca escapar a su destino de aceptar un marido que su familia imponga. La veremos rechazar pretendientes hasta que en su vida aparece el militar que cambia su mirada. “Soy tan solo un soldado, caminemos lado a lado”, le pide. “Si morimos de amor, será con gran honor, por mi gente y nuestra dignidad”, la inquieta. “Cuando quieras gritar, yo te voy a escuchar. Por mi gente y nuestra dignidad”, la convence.

La Mariscala

Leonor, Francisca, Agustín Gamarra (Marcello Rivera) y Antonio Zubiaga (Gonzalo Torres), personajes de la obra. Fotografía: José Chemo Orihuela

La Mariscala atraviesa, canción a canción, porque no hay diálogos, la biografía de Francisca Zubiaga y de una serie de personajes que también están en nuestra historia: Agustín Gamarra, José de San Martín, Simón Bolívar, el virrey La Serna, el padre de Francisca: don Fracisco Zubiaga, o Flora Tristán, que la conoció cuando el poder empezaba a esfumarse. Hay también soldados, rabonas, tapadas, personajes sin nombre pero importantes.

“Es la historia de una mujer en una época en que era difícil seguir lo que le dictaba su corazón, sus deseos. Era una sociedad donde la mujer tenia que ser madre o monja, y ella se sale del molde. Se casa con un hombre mayor, militar, viudo. Ella de 20 años, ve en Gamarra, la oportunidad de tomar un camino y llega a lo más alto del poder en el Perú”, cuenta Gonzalo Polar musico, compositor y arreglista, y autor de las canciones junto a Jorge Sabogal.

El libreto fue escrito por los dos junto a las historiadoras María Elena Arce y Claudia Núñez. Es riguroso en cuanto a fechas y locaciones. Empezó a escribirse en 2018 y terminaron un año después. Habían planeado estrenarla el 2020 en el Gran Teatro Nacional, acogidos por el Proyecto Bicentenario, pero llegó la pandemia. Después sucesivas crisis políticas la postergaron y recién este año, con el apoyo de la PUCP y la Municipalidad de Lima, han podido presentarla al público en el Teatro Municipal.

La Mariscala

Un elenco de cantantes y bailarines da soporte a todas las canciones.

Alejandra Egoavil, que protagoniza a Francisca, La Mariscala, estaba en Buenos Aires cuando la llamaron para el casting. Vino y después de varias audiciones se quedó con el papel. Como anécdota recuerda que no sabía mucho del personaje y que no relacionaba que cuando estaba tratando de conseguir el papel de Francisca, este era el papel protagónico. Ahora ya en la obra, admira la fuerza y la pasión de su personaje para lograr sus ideales, y rescata el apoyo de sus compañeros.

“En la primera función doble que tuvimos un sábado estaba un poco nerviosa, así que cada vez que salía de escena me sentía sin fuerzas, pero todos me daban ánimos y cada vez que volvía a entrar sentía la energía que el personaje requiere”, cuenta. Antes ha estado en otras obras musicales pero todavía se sorprende de los grandes profesionales, muchos de ellos con una gran trayectoria, con los que está trabajando en esta obra.

En este musical participan también Gisela Ponce de León, Marcelo Rivera, Ricardo Velásquez, Gonzalo Torres, y un afiatado elenco que hace brillar cada canción en el canto y el baile. El actor Gonzalo Torres cuenta, por ejemplo, que este es su primer musical y que la obra le exige bastante porque tiene sus propios mecanismos, distintos a los del teatro tradicional. Es también su reencuentro con el público presencial y agradece las muestras de cariño cuando sale a escena. Lo vimos en una función esta semana y se merece el aplauso que convoca.

A lo largo del musical asistiremos a distintos pasajes de la vida de La Mariscala. Su alianza con Gamarra, sus encuentros con San Martín o Bolívar, su participación en la toma de Paria, su llegada a Lima cuando su marido gana la presidencia, sus disputas por el poder y los errores cometidos. En algún momento, siendo la primera dama, asume roles de presidente. ¿No nos recuerda eso nuestra historia reciente? En otro momento, viendo perdida una elección promueve junto a sus partidarios: “Fraude, fraude, fraude”, para no dejar el poder. ¿No nos recuerda nuestra historia reciente? La historia es nuestro país parece repetirse siempre.

Mateo Chiarella, director de la obra junto a Lucho Tuesta, ha planteado un musical contemporáneo, con escenografía minimalista. “Trabajamos con el principio del espacio vacío; con las luces, la actuación, los elementos. Como la obra tiene muchos tiempos y muchas locaciones el lenguaje teatral manda hacer reducciones estéticas: una marcha la da el trabajo físico de los actores, el despacho presidencial se puede representar con una silla y una mesa. Eso resume la propuesta para abarcar diferentes espacios y tiempos”, explica.

La historia está ambientada hace 200 años, pero es también una reflexión sobre la actualidad. “Francisca no se conforma con lo que una sociedad patriarcal dictamina.Ese mensaje es muy contemporáneo porque seguimos en una sociedad patriarcal. Es simbólicamente muy fuerte”, dice Mateo. Más allá de la poderosa imagen de La Mariscala, no la presentan como una heroína sino como un personaje con sus luces y sombras.

La Mariscala

Más allá de la poderosa imagen de La Mariscala, no la presentan como una heroína sino como un personaje con sus luces y sombras.

La opera pop La Mariscala reflexiona sobre el pasado y tiende puentes con el presente. “Somos todos sus soldados / caminemos lado a lado / Si morimos de amor será con gran honor /Por mi gente y nuestra dignidad. /Mi canción es una lanza / es un grito de esperanza / Cuando quieras gritar yo te voy a escuchar /por mi gente y nuestra dignidad”, dice la canción final. En dos horas el musical nos entrega una historia poderosa, nos hace disfrutar de la musica y nos pone a reflexionar sobre lo que somos.

Mujeres en la historia

“Descubrir y contar la historia de la Mariscala es una invitación a jalar la punta de una madeja que nos revela un universo de peruanas, las de nombre propio y las anónimas, que siguen forjando el Perú y sus propios anhelos a punta de esfuerzo y coraje. No solo las que enfrentaron tiempos de guerra, sino todas las que luchan hasta hoy por encontrar las grietas para cambiar un sistema que les sigue negando igualdad de oportunidades.”, señala Gonzalo Polar, uno de los compositores de las canciones.

En la obra personajes como las rabonas o las tapadas son reivindicadas como mujeres que, desde su inteligencia y esfuerzo, también ayudaron a construir la patria en tiempos de paz o de guerra. Aún hay muchos nombres por rescatar de los archivos.