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Semana Santa en Cerro Azul

Para los limeños y los pobladores del agitado valle del Mantaro, los destinos turísticos de la provincia de Cañete son la mejor propuesta para aprovechar los feriados de Semana Santa.

Fortaleza de Ungará. Ubicada entre Cerro Azul y Lunahuaná, a orillas del río Cañete.
Fortaleza de Ungará. Ubicada entre Cerro Azul y Lunahuaná, a orillas del río Cañete.

En estos días previos a los feriados de Semana Santa, el único destino turístico libre de protestas y tomas de autopistas es el denominado “sur chico” de Lima, sobre todo la provincia de Cañete.

Semana Santa en Cerro Azul

A pocos días de la Semana Santa, se han cancelado el 80% de la reservas turísticas en el país; en Cañete la tendencia es otra.

Así como la Navidad marca el inicio de la temporada veraniega, la Semana Santa indica su fin, de ahí los tradicionales campamentos que proliferan en casi todo el litoral cañetano, desde Chilca hasta Cerro Azul; este último célebre por tratarse de un balneario y sitio de encuentro de tablistas y de restaurantes de comida marina que, a pesar de todo, ha sabido mantener su temperamento de caleta de pescadores. Por si fuera poco, acaba de recibir el sello internacional Safe Travel. Es decir, se trata de un lugar seguro para los turistas de todo el mundo.

Pero Cañete es algo más. Es la única provincia del Gobierno Regional de Lima que cuenta con una mesa de trabajo para el tema turístico. Los representantes de los 16 distritos cañetanos se reunieron la semana pasada en Cerro Azul y formaron cuatro grupos de trabajo por cuencas. El primero integrado por Chilca, Calango, San Cruz de Flores, San Antonio y Mala. El segundo por Asia y Coayllo. El tercero por Cerro Azul, San Vicente de Cañete, San Luis, Imperial y Quilmaná. Y el último por Lunahuaná, Zúñiga, Pacará y Nuevo Imperial.

Un detalle que también une a estos distritos son las quejas contra la Dirección Regional de Comercio Exterior y Turismo (Dircetur), que van desde la indiferencia hasta la tardanza en advertir “observaciones” a los planes de desarrollo turístico en cada distrito.

Cerro Azul. Foto: Covi Perú

Cerro Azul. Foto: Covi Perú

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Nuevo destino azul

Así las cosas, mientras que a pocos días de la Semana Santa se han cancelado el 80 por ciento de las reservas turísticas en todo el país, en Cañete la tendencia es otra en vista de la buena disposición de sus autoridades, sus atractivos conocidos y esa ecuación que integra destinos de playa, deportes de aventura, historia-arqueología, gastronomía e industria vitivinícola.

Semana Santa en Cerro Azul

Semana Santa en Cerro Azul

Solo en Cerro Azul, por ejemplo, se puede gozar de una buena jornada playera como para despedir el verano. Esto incluye caminatas por su muelle y sus célebres restaurantes de comida marina. Paseo obligado es el recorrido por el circuito arqueológico Huarco hasta el ascenso al faro y contemplar los escasos restos de muros inca que aún se sostienen sobre los acantilados. Como sabemos, en esta zona se alzó un bastión inca que fue desmantelado: de ahí salieron las piedras para las escalinatas de la Basílica Catedral de Lima y otras iglesias del sur chico.

También salieron los grandes bloques para la construcción del Real Felipe. Por si fuera poco, están los circuitos en cuatrimotos, que incluyen un paseo por el poblado de Ihuanco, en el corazón de la campiña, y muy cerca a un conjunto de espectaculares dunas. Lo mejor es contactar con Richard Minaya, de Cuatrimotos María-Guadalupe, en su local ubicado al lado del apart hotel Cerro Azul, donde Alicia Sánchez Carlessi dio inicio a la actividad turística local.

Camino a Lunahuaná, la otra buena noticia es que Incahuasi ya casi está habilitado y puesto en valor para ofrecer un circuito arqueológico inca costeño. A mitad de camino vale la pena desviarse hasta las orillas del río Cañete para recorrer la imponente y enigmática fortaleza de Ungará, con sus enormes murallas circundantes y comprobar el impacto paisajístico que ofrece el valle del río Cañete poco antes de desembocar en el Océano Pacífico.

Sin duda, se trata de uno de los monumentos costeños mas grandes pero que aún no tiene una buena investigación arqueológica y una puesta en valor. Solo podemos confiar en las buenas intenciones de vecinos como Luis Guerrero Chuquispuma, quien de manera voluntaria decidió proteger y mantener esta joya de la arqueología peruana.