La danza de la migración

Cuerpos que se mueven sobre el escenario, que se cruzan, que se entrelazan, que dialogan, que se distancian. Presagio, obra de danza y creaciones contemporáneas, es altamente sensorial. La obra empieza en un basural, con aves alrededor, niños, adultos y seres contaminados.

Teniendo como eje principal la obra Peregrinaciones de una paria de la escritora francoperuana Flora Tristán, el espectáculo habla de la migración. Un fenómeno que no solo es visto como el traslado físico de un lugar a otro, sino también como el viaje interior -personal, doloroso- de la persona que se desarraiga y con ello se ve privada de su identidad.

“La migración está planteada desde varias capas. Como la que identifica a las aves, que migran ordenadamente por cuestiones ambientales. Y la de los seres humanos que migramos para encontrar una estabilidad económica o emocional”, dice Luz Gutiérrez, quien junto a la directora francesa Charlotte Giusti, son las coreógrafas de la obra.

Ellas encabezan un elenco de ocho bailarines -Kimiko, Alberto, Marlon, Mariel, Luis, Fernanda, Jhonny y Lupe- con los que han trabajado seis horas diarias durante febrero. El espectáculo es posible gracias a una residencia de danza auspiciada por la Embajada de Francia y el Ministerio de Cultura.

“Esta es una obra de danza, de sensaciones, de creación”, explica Luz Gutiérrez. “Queremos definir cuáles son las principales migraciones personales y colectivas. En el montaje pasamos en distintos momentos de una migración individual a una migración grupal”, precisa Charlotte Giusti.

Los estados emotivos también son migraciones y la transformación nunca se detiene. “Tenemos que protegernos constantemente con varias pieles, pasamos etapas muy diferentes para sanar cuerpo y mente. Cada vida es un proceso independiente, con momentos felices, exitosos, complicados, tristes y amargos”, sostiene una de las directoras. Y eso es lo que transmiten en escena los bailarines.

Presagio puede tener múltiples lecturas. También habla, por ejemplo, del hiperconsumismo y sus efectos en el ser humano. Incluye en su trama, además, el concepto de ‘lugar’ como aquel espacio que encierra tu identidad, tu cultura y otros aspectos vitales (hogar, familia, trabajo), y el ‘no lugar’ como un espacio transitorio, donde nos podemos encontrar con personas sin mayor vínculo.

“Esta residencia artística se ha convertido en un encuentro donde se tejen distintos lenguajes, pensamientos y formas físicas de manifestar emociones. Nos hacemos preguntas y buscamos respuestas poéticas al deslizarnos por el escenario. El mundo se mueve al ritmo de la danza, no existe un baile predominante, ninguno está por encima del otro. Sus especialidades tanto en ballet clásico como folclore, salsa, ritmos urbanos, africanos y hasta k-pop se desarrollan con la misma esencia”, concluyen las directoras.

Luz Gutiérrez es directora y artista escénica de La Trenza Danza, y fue directora y coreógrafa del Conjunto Nacional de Folklore. Charlotte Giusti es bailarina, coreógrafa, gestora cultural, y pedagoga. Es directora de Casa Darte, centro de artes escénicas. Ambas han dirigido numerosas puestas en escena.

Presagio será el espectáculo inaugural del Festival de Artes Escénicas (FAE) de Lima 2022, con funciones que se realizarán el 2 y 3 de marzo a las 8 de la noche en el Gran Teatro Nacional. Se trata del retorno a una edición presencial después de dos años de pandemia. Una obra donde los cuerpos se mueven, se entrelazan, se distancian y se vuelven a encontrar.

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