Vivian Baella: “Dado el escenario del rubro aéreo, veo la posibilidad de volver al vóley” [ENTREVISTA]
Vivian Baella dejó el vóley profesional hace dos años, aproximadamente, para meterse de lleno a su carrera de tripulante de cabina. Hoy, la exmatadorcita pega la vuelta a la Liga Nacional y vestirá los colores del Deportivo Géminis.
El nombre de Vivian Baella siempre resaltará en el deporte nacional. La natural de Rioja, San Martín, es, probablemente, una de las voleibolistas que más destacó en su paso por la selección peruana de vóley, y su palmarés lo avala.
Hoy, tras dos años de dejar la disciplina y emprender vuelo en otra de sus pasiones: ser tripulante de cabina, la exmatadorcita regresa a los terrenos del vóleibol peruano con la camiseta del Deportivo Géminis.
En entrevista exclusiva con La República, la deportista contó por qué decidió regresar al vóley, su proceso de adaptación como tripulante de cabina y la importancia de Natalia Málaga en su crecimiento deportivo.
Inicios
¿Tus padres te apoyaron cuando decidiste jugar al vóley?
Sí, mi mamá también jugaba cuando era más joven, y de chiquita, ella me llevaba a todos sus partidos. Yo pienso que he sido influenciada por ella, porque desde que tengo uso de razón siempre me ha gustado el vóley, siempre quería estar jugando. Donde veía algún partidito siempre quería estar ahí.
Como era chica, no querían que yo juegue, era flaquita, todos me veían muy débil, me agarraban de punto. Pero igual yo quería estar ahí.
¿En qué momento dices quiero hacer esto (jugar vóley)?
Siempre me ha gustado. Empecé a entrenar cuando estaba en la escuela, más o menos, en tercer o cuarto de primaria por mi colegio. Y ahí es donde voy creciendo hasta llegar a la secundaria, donde empecé a entrenar con más fuerza. Te podría decir que entre los 8-9 años comencé a entrenar.
Mencionabas que tu madre fue como una referente. En el vóley, ¿a quién tenías en ese rol?
Yo siempre veía los partidos de la selección. En mi casa a todos les gustaba, a mi mamá, a mi abuela le gustaba ver vóley. En ese tiempo, no tenía mucha acogida el vóley en lo que es la liga nacional. Pero siempre que jugaba la selección, y cuando pasaban los partidos, yo siempre estaba viendo.
Aparte, mi mamá y mi abuelita siempre me hablaban de las grandes glorias de Seúl 88, Natalia Málaga, ‘Gabi’ Pérez, Rosa García, Denisse Fajardo; entonces, siempre he vivido con esos nombres, así como la mayoría de personas. Hablas de vóley y siempre a la mente es Seúl 88.
De las que has mencionado, ¿has dicho “quiero ser como ella”?
Sí, claro. Al saber la trayectoria que han tenido, siempre decía: “ojalá algún día llegue a jugar como ellas”. Siempre mi sueño era estar en la selección.
Vivian Baella inicios en el vóley con la selección peruana.
¿Cuáles fueron tus primeras impresiones en tu debut en el vóley?
Cuando vine a jugar por la selección, era por un proyecto que tenía la Federación Peruana de Vóley (FPV), que era traer a chicas de provincia. Todas vivíamos en una sola casa. Entonces, en un principio, la idea era que estas chicas no juguemos la liga nacional, por ningún club, porque de hecho era una facilidad.
Era como que la federación las trae a Lima a vivir y, entonces, ya era fácil para el club contar con ellas. Siempre la idea era que no juguemos, pero era importante hacerlo. Entonces es ahí que la federación decide que juguemos y nos empezaron a repartir, por así decirlo.
Me tocó estar en Deportivo Wanka. De hecho, nos gustaba la idea porque estábamos jugando, no solamente vivíamos entrenando. Éramos jóvenes, de 15, 16 años, por ahí, y jugar la liga era algo chévere. Jugábamos todos los fines de semana, nos servía, obviamente, para soltarnos de los entrenamientos, porque es diferente entrenar a jugar un partido.
Fuiste una de las grandes revelaciones del vóley nacional, incluso, hasta te hicieron una especie de cómic (Súper Vivian), ¿Qué pensabas al respecto con todo lo que te estaba pasando?
A mí no me gusta el dibujo. En su momento, me enojaba, me molestaba, pero ya con el paso del tiempo aprendí a ignorarlo y ahora ya no afecta. Pero, en lo personal, no me gusta, nunca me ha gustado. No me agradó (que hicieran el cómic), no me gustó.
La condecoración por el Ministerio de la Mujer (Orden al mérito a la mujer - 2010), ¿Qué sentiste?
Son cosas muy bonitas, que en su momento no lo esperaba. De hecho, cada reconocimiento que teníamos son cosas que voy a recordar siempre, y qué bonito que el dar todo por tu Perú sea reconocido de esa forma.
¿Cuál fue el quiebre para que no te consolidaras o dieras el salto al extranjero?
La verdad no lo sé. Yo siempre he jugado por convicción. Sin embargo, no me desagradó nunca la idea de quedarme siempre acá en Perú, porque también podía hacer otras actividades, como estudiar.
¿Qué torneos obtuviste en la Liga Nacional o no se te dio la oportunidad?
Anecdóticamente, nunca fui campeona nacional. Con Regatas, quedamos segundas, con Géminis quedé tercera, con Alianza nunca ocupamos podio. Los máximos puestos que ocupe en la liga fueron con Regatas y Géminis.
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Tienes un medallero atractivo vistiendo la camiseta de Perú, ¿Cuáles son esas preseas y con cuál te quedas?
En Sudamérica, en categoría menores, ocupé un segundo puesto tanto en menores como en juveniles. En la Copa Panamericana, ocupamos un primer puesto. En las primeras olimpiadas de Singapur, ocupamos también el tercer puesto. De hecho, me quedaría con todas, porque cada campeonato es diferente, tiene una historia diferente, en cada entrenamiento dejamos todo.
De hecho, el que más sentimientos genera, los sudamericanos, porque siempre representan la clasificación al mundial. Por ejemplo, el sudamericano del 2008, cuando eran menores, significó bastante porque fue al primer mundial con mi categoría al que fui.
¿Qué anécdotas o experiencias te dejó competir internacionalmente con la selección?
Muchas anécdotas. La convivencia con las chicas, estar bastante tiempo juntas. Por ahí algunos conflictos de la edad, porque, de hecho, éramos ‘chibolas’. Alguna mirada mala nos lo tomábamos a pecho; pero nada que no se pueda solucionar o que nos impidiera jugar en equipo.
Selección peruana
Tu primera vez con la selección peruana, ¿Qué impresiones?
De hecho, muchas emociones, porque era un sueño que estaba cumpliendo, siempre quise estar en la selección y compartir cancha con chicas que yo, antes de eso, veía en la tele. Para mí era muy emocionante.
¿Qué opinión tienes sobre el apoyo de la Federación Peruana de Vóley?
Cuando yo estaba, de hecho, el apoyo empezó de menos a más. Cuando ya dejé de jugar por la selección, el apoyo había aumentado, tanto económico como en infraestructura, en fisioterapias, alimentación. En la actualidad, no tengo conocimiento de cómo se esté llevando ahora el manejo.
Le ganaste un juicio por despido arbitrario a la FPV, ¿Qué es lo que pensaste en esos momentos?
Fue algo difícil, porque tenía que hacer una demanda a la federación, que era como mi casa, pero yo solamente estaba reclamando lo justo, porque yo fui trabajadora en la parte administrativa, entonces, tenía que hacerlo, era mi convicción como persona, de defender mis derechos y lo que me correspondía justamente.
¿En qué te afectó, sabiendo que es una entidad que te dio mucho como deportista?
Anímicamente. Me daba pena que la federación, a la que yo había dado mucho, me esté tratando de esa manera. De que no se respeten mis derechos como persona, como trabajadora.
Sabemos que Natalia Málaga es un personaje único en el mundo del vóley, ¿Cómo fue compartir con ella? ¿Cuánto influyó en ti, en tu desarrollo como deportista?
Marcó mucho, porque ella siempre trata de estar contando cómo ella era como jugadora. Entonces yo siempre rescato esa garra, esa entrega que ella tuvo cuando representaba a la selección. Siempre daba lo mejor y eso era lo que trataba de inculcarnos. De hecho, fue algo positivo que ella haya sido mi entrenadora.
¿En qué momento se da la decisión de dejar el vóley?
Yo sentía que necesitaba dar un descanso, tanto mentalmente como físico. Porque siempre pensé que toda mi vida yo he hecho deporte, entonces, nunca tuve una parada grande del deporte. Mi cuerpo y mi mente sentían que necesitaba hacer ese descanso.
Coincidentemente, justo la Federación me había despedido. Entonces, en la búsqueda de trabajo y de también tener este cambio en mí es que se me presenta la oportunidad de postular a este trabajo (tripulante de cabina).
¿Te costó trabajo dejarlo todo atrás para dedicarte plenamente a tu carrera?
Al principio, tuve muchas dudas, pero también, en el camino, mientras me capacitaba para este puesto, pues me di cuenta de que también me encontraba acá; me sentía bien, me gustaba, lo disfrutaba, es por eso que decidí dar mi 100% a esto.
Vivian Baella regresa al vóley tras dos años de ausencia.
Vóley playa, ¿Qué experiencia te dejó esa disciplina?
Muy bonito jugar, vóley playa. Es un deporte completamente diferente al vóley piso. Ya por el simple hecho de que sea en la arena lo hace un poco más difícil, más complicado, pero me encantaba un montón porque siempre tenías contacto con la pelota y participación en cada punto, lo que no sucede en el vóley piso. Aparte, podías tomar tus propias decisiones en el partido, no dependes de un entrenador.
Regreso al vóley
Este año decidiste pegar la vuelta al vóley, ¿Qué te animó? ¿Cómo fue que lo decidiste?
Dada la coyuntura y al escenario del rubro aéreo es que veo la posibilidad de compartir mi tiempo con el deporte que tanto amo. Ya que si bien he dejado de jugar, aproximadamente por dos años, siempre estoy ligada a este (al vóley), ya sea viendo los partidos por la tele o conversando con las amigas que me dejó este deporte. Dije “por qué no”, ya que ahí tengo tiempo disponible.
¿Cómo te vienes preparando luego de estar de para como dos años?
Estamos entrenando algunos días de la semana, presencialmente, ya que dependemos de la disponibilidad de cancha que tiene la federación, y los días que no tenemos cancha lo hacemos vía zoom. Es donde los entrenadores nos proyectan la rutina física que tenemos que hacer.
¿Con qué Vivian nos vamos a encontrar en esta Liga Nacional?
Con una Vivian que siempre va a dar lo mejor de sí, de hecho, no estoy en el ritmo de partidos, pero definitivamente voy a dar lo mejor, así que esperemos que las cosas salgan muy bien para poder dar un bonito espectáculo como club.
Vivian Baella regresa al vóley tras dos años de ausencia.
¿Qué objetivos te has trazado en este nuevo regreso al vóley? ¿Buscarás volver a la selección?
No está en mis prioridades (volver a la selección) con este retorno. Yo estoy tranquila, compartiendo mi tiempo con mi club y con mi trabajo.
Los resultados no acompañan a la selección en los últimos torneos, ¿por qué crees que está pasando esto?
Es una pena que no se estén dando los resultados que queramos. Sin embargo, no culpo a las chicas sino más que todo al manejo que está teniendo la Federación. En este último ciclo olímpico, las chicas han pasado por cuatro entrenadores. Estamos hablando de un entrenador por año. No terminan de conocer a uno y ya están cambiando a otro entrenador. Es difícil adaptarse rápidamente a la mentalidad que tenga un entrenador. Yo pienso que viene desde arriba, desde el manejo de la federación.
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