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Artime, goleador del Melgar, festejaba anotaciones de práctica como si fueran para un campeonato

José “Pepe” Albornoz, asistente técnico en FBC Melgar 2020, recuerda buenos momentos junto a Luis Artime. El hincha de Melgar recuerda al goleador como uno de los argentinos que dejó una huella imborrable en Arequipa.

Comando técnico del FBC Melgar 2020
Comando técnico del FBC Melgar 2020

En los días de cuarentena el profesor José Fabián Albornoz aprovecha el tiempo para seguir de cerca los entrenamientos de los jugadores, leer libros, participar en cursos virtuales y recordar sus buenos tiempos como futbolista.

En casa retrocedió el tiempo hasta el año 2003, en el que jugó en el Club Atlético Belgrano de su natal Córdoba, ahí conoció a Luis Fabián Artime, quien había brillado en Melgar de Arequipa un año antes.

El actual asistente técnico de Carlos Bustos en Melgar reconoce que es hincha de Talleres, el clásico rival de Belgrano, sin embargo, cuando se puso la “Celeste” se ganó el cariño de los hinchas por lo que demostraba en el mediocampo. “Tuve una lesión que me alejó de la cancha un buen tiempo pero la pasé muy bien en el equipo donde Artime era la estrella”, contó.

Con 24 goles, “Luifa” fue el mejor delantero del torneo peruano en el 2002. De la mano de Marco Valencia, hoy jefe de la Unidad Técnica de Menores, lograron ubicarse en el sétimo lugar en la tabla con 52 puntos. Artime jugó 46 partidos y de lejos fue el mejor.

“Es un loco lindo”, dice Albornoz. Resalta el empuje que le daba a Belgrano y el cariño que le tiene la gente. “Recuerdo que en los entrenamientos Luifa hacía un gol y lo festejaba como si hubiera sido el de una final, el del título”. En febrero del 2002, en el estadio Miguel Grau de Paucarpata, en el primer entrenamiento del año, Artime hizo tres goles y los cantó fuerte, como para decir: ¡Aquí estoy, llegó el goleador!

“Estando aquí uno repasa la historia del club y se entera que Artime dejó una huella importante. Es un personaje fenomenal y un tipo extraordinario. Lástima que en Arequipa estuvo poco tiempo”, resaltó Albornoz, quien vivió en Córdoba hasta el 2010, en que tuvo que empezar a recorrer el mundo siendo entrenador de fútbol.

En ese año ya tenía forjada una gran amistad con Carlos Bustos. Hoy es su mano derecha en la asistencia técnica junto al mexicano Héctor Islas. “A Carlos lo conocí desde que yo jugaba en la quinta división en Talleres, él ya estaba entrenando en primera, te hablo del 87 más o menos”.

Hace dos años llegaron al Perú para dirigir a San Martín, ahí se dieron cuenta de la realidad de nuestro fútbol, sobre todo del arbitraje que los perjudicó en forma descarada. “Muchas veces Carlos fue expulsado y por temas injustos. Desde afuera también vimos cómo perjudicaban a Melgar. Ojalá eso pueda cambiar por el bien del fútbol peruano”.

José Albornoz tiene carta libre para opinar sobre temas técnicos y tácticos. Está siempre cerca al plantel de jugadores para aportar sus conocimientos. “Estamos al servicio del jugador para hacerle ver qué es lo mejor. Tratamos de que el jugador crezca y que practique el fútbol lo mejor posible. Somos un buen equipo frente al plantel”.•

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