Pablo Cuevas, quien fue campeón junto al tenista peruano en el 2008, regresó después de 11 años al Lima Challenger y conversó con La República sobre la realidad del deporte blanco en Sudamérica.,Entrevista de: Christian Silva Pablo Cuevas espera volver al circuito profesional ATP lo más rápido posible. Con 32 años (puesto 66 en el ránking) sufrió una lesión en el pie derecho durante el Torneo 500 de Hamburgo en julio, estando de para por un mes, pero regresó a los Challengers. El tenista uruguayo, que ganó el Roland Garros en dobles con el peruano Luis Horna en el 2008, el título más importante que ambos consiguieron en esa categoría, estuvo en Lima y dejó en claro que recordar es volver a vivir. ¿Cuál es la mejor racha que tuviste en tu carrera? Tuve una racha en el 2014, cuando gané el Challenger de Guayaquil, Montevideo y dos torneos ATP (Bastad y Umag), en partidos de polvo y ladrillo. También en el 2016, con el Abierto de Sao Paulo y de Río, donde vencí a Rafael Nadal. PUEDES VER El tenis está de luto por fallecimiento de excampeón de Wimbledon [FOTO] ¿Qué recuerdos tienes del título de Roland Garros con Luis Horna? Fue hace diez años. Marcó un antes y después cada vez que voy a Roland Garros. Era muy joven y recién ingresaba al circuito grande. El título llegó muy rápido, mi prioridad era singles. Tanto para Lucho como para mí fue lo más importante que conseguimos en nuestra carrera en dobles. No lo esperabas… Fue la primera vez que jugamos juntos en un torneo tan grande. Una pareja nueva que sorprendió a los rivales. Yo nunca había ganado un título. Empezar de cero a ganar un Grand Slam es poco probable, pero lo hicimos muy bien, con algo de inconciencia. Hicimos un tenis no tan clásico del doblista de ir tanto al saque y red. Les ganaron a los hermanos Bryan y a Daniel Néstor y Nenad Zimonjic… Eran los mejores del mundo. Inclusive, en la primera ronda jugamos contra los finalistas del Abierto de Australia, Arnaud Clément y Michaël Llodra. ¿Qué tal fue la experiencia con Horna? Me hubiera encantado jugar más torneos con él, porque teníamos una química espectacular. Nos complementábamos muy bien tácticamente, pero lo agarré en el final de su carrera. Creo que jugamos menos de diez ocasiones juntos durante dos a tres años. Una lástima, pero tengo los mejores recuerdos. ¿Ahora cómo lo ves como directivo, ya que está a cargo del Lima Challenger? Creo que viene mejorando, lo ha podido sostener en Sudamérica. El hecho de mantener un torneo tan importante como este es bueno para la ciudad. Viene mucha gente a ver los partidos. Siempre es lindo jugar con un margen de público que llene la cancha, lo hace más atractivo. ¿Qué analisis tienes del tenis en Sudamérica? Hace muchos años estamos en el top 100. Por, momentos, tuvimos cuatro o cinco tenistas en el top 10. Juan Martín Del Potro y Diego Schwartzman están dentro de los 15 mejores. Yo me fui un poco para atrás. Nicolás Jarry viene en ascenso. Hugo Dellien tuvo un año bueno y tiene para seguir mejorando. ¿Hay futuro de este deporte en el Perú? Sergio Galdós estuvo en el top 100 en dobles. A Sergio lo he visto en más de un torneo, también en los de ATP. Él quiere asomar al circuito grande. No es tan sencillo, pero la está peleando y hace las cosas bien. La Copa Davis cambió su histórico formato, ¿qué opinas sobre eso? Se van a ver los pros y contras una vez que empiece, pero a priori se le quitó una de las cosas más interesantes: la localía. Me cuesta imaginar un Brasil-Argentina en Japón. Perderá un poco el fervor del público. Por el lado del calendario, está bien. Facilita que todo sea en una semana. Inclusive, sería una buena opción hacerlo cada dos años. ¿Perú podría llegar al grupo élite? Tengo mucho aprecio con Perú, sobre todo con Lucho. Es un país chico sin una gran tradición tenística, similar a Uruguay. Ojalá puedan haber equipos sudamericanos en el grupo mundial. Te ha ido mejor en dobles a lo largo de tu carrera… Gané los torneos más importantes en dobles que en singles. Sin embargo, más importante es individuales. Todas los monstruos del tenis están ahí y es más difícil conseguir las cosas que en dobles.