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La historia de Víctor Ortiz, el héroe olvidado de VMT que dedicó su vida a cuidar a pacientes con sida

El 'Ángel de Arena' no estudió medicina, pero decidió que su misión de vida era ayudar a pacientes con VIH y sida que no fueron atendidos por la falta de dinero y la discriminación hacia su enfermedad. Conoce su inspiradora historia.

Víctor Ortiz, conocido como el 'Ángel de Arena', ayudó a decenas de pacientes de VIH y sida. Foto: composición LR/Mulerojona/YouTube
Víctor Ortiz, conocido como el 'Ángel de Arena', ayudó a decenas de pacientes de VIH y sida. Foto: composición LR/Mulerojona/YouTube

Víctor Ortiz no era enfermero ni doctor. El conocido 'Ángel de Arena' no estudió medicina, pero tenía la vocación irrevocable de ayudar a personas portadoras de VIH y sida. La vivienda del también llamado 'Doctorcito', ubicada en Villa María del Triunfo (VMT), se convirtió en un albergue humanitario para aquellos enfermos seropositivos que fueron estigmatizados por su enfermedad, la cual hoy en día es uno de las problemáticas para la salud pública mundial y ha cobrado más de 50 millones de vidas en diversos países.

Conoce más sobre este héroe olvidado de VMT, cuya historia inspiradora conmovió al Perú a inicios de los años 2000.

¿Cómo Víctor Ortiz se volvió el 'Ángel de Arena'?

Al popular 'Doctorcito', durante la década de los 80, le detectaron VIH. Según contó en un reportaje realizado por el fallecido periodista Bruno de Olazábal, en aquella época, lo denigraron por su enfermedad: "Me han maltratado, me han humillado, me han sacado de restaurantes, uno de ellos, el primero que me sacó por sidoso, fue el restaurante de los médicos del Rebagliati. Me dijeron: 'A usted no lo puedo atender porque usted es infectado; por favor, retírese'. Así de simple".

Tras ser detectado con VIH, Víctor Ortíz, quien inicialmente tenía un salón de belleza en su casa, ubicada en VMT, decidió convertirlo en un albergue, tras ver cómo sus amigos, también portadores de VIH, no tenían ningún sitio al cual acudir para ser atendidos, pues eran discriminados por su enfermedad. Es así como vendió sus secadoras, cepillos y todos los implementos de peluquería que tenía para fundar la Asociación Civil Ayudémonos.

Bruno De Olazábal

Víctor Ortiz junto a Nilo, un paciente que desarrolló los síntomas del sida. Foto: Mulerojona/YouTube

"Me fui deshaciendo de las cosas porque iban aumentándome los chicos que fallecían y su familia me los abandonaba, así que yo tenía que correr con los gatos de funeraria", señaló.

El albergue de Ortiz funcionó por un tiempo, pues su enfermedad le empezó a pasar factura. "Me estaba deteriorando. Entonces, pierdo el control y digo: 'Prefiero apoyarlos, pero en sus casas'". Es así como dejó el refugio en proceso de construcción.

Víctor Ortiz y su ayuda a portadores de VIH

El 'Ángel de Arena', en la mayoría de los casos, atendía a pacientes que ya habían desarrollado sida, pues su estado era mucho más delicado y necesitaban más cuidados. Uno de ellos fue Nilo, un técnico electrónico de 32 años que perdió a su esposa e hijo tras contagiarlos de la enfermedad. Según narra De Olazábal, Nilo fue llevado de emergencia al Hospital Dos De Mayo, pero no quisieron atenderlo.

Otro de sus pacientes fue Fernando, quien se encontraba en fase terminal. "Si en los hospitales recibieran esta calidad de personas, pacientes, no estuvieran en esta problemática. Pero también hay otros problemas: si en los hospitales no tienes 200 soles, no lo internan", explicó Ortiz.

Bruno De Olazábal

El 'Ángel de Arena' con Fernando, un paciente en fase terminal. Foto: Mulerojona/YouTube

Por otra parte, Ortiz no sustentaba solo su Asociación Civil Ayudémonos, pues también tenía un benefactor, Hugo Mendoza, un artesano y empresario joyero, también seropositivo: "Yo le agradezco a Dios por esta enfermedad, porque tengo calidad de vida", indicó.

Cuando al 'Ángel de Arena' se le consultó si en algún momento se deprimía, él nunca se quejó por todas las adversidades que pasó por su labor, sino por sus pacientes, quienes sufrieron maltratos por contraer VIH.

"(Me deprimo) cuando me siento impotente, cuando veo agonizar a la gente, cuando veo que sufren, cuando veo que les duele y cuando me los maltratan", sentenció Víctor Ortiz.