Creó a los 11 años una taza para ayudar a su abuelo con Parkinson y se volvió millonaria con su idea
Financiamiento para la producción masiva del utensilio fue a través de una exitosa campaña para recaudar fondos.
Inspirada por las dificultades de su abuelo para manejar una taza debido al Parkinson, Lily Born, joven de Chicago, decidió crear un utensilio que mejorara la calidad de vida de quienes padecen esta enfermedad neurológica.
Primer prototipo del utensilio habría sido a los 9 años, que gracias a su diseño además de cumplir su propósito inicial que es ayudar a las personas por Parkinson, también se convirtió en un éxito comercial global.
¿Cómo nace el invento de Lily Born para ayudar a su abuelo?
Invento de Kangaroo Cup, nace cuando Lily Born tenía siete años y observó que su abuelo, quien padecía Parkinson, enfrentaba grandes dificultades para beber sin derramar el líquido debido a los temblores causados por la enfermedad.
Con la intención de facilitarle esta tarea cotidiana, a los 11 años Lily decidió diseñar una taza especial que proporcionara mayor estabilidad, permitiendo que su abuelo pudiera beber sin problemas y recuperara parte de su autonomía.
Con la ayuda de su padre, Lily perfeccionó la Kangaroo Cup usando plástico de alta calidad, permitiendo su comercialización global. Foto: captura YouTube Joe Born
¿Cuáles fueron los desafíos que enfrentó Lily Born?
Lily Born enfrentó varios desafíos a lo largo del desarrollo y comercialización de la Kangaroo Cup, estas fueron:
- Diseño Efectivo: uno de los primeros desafíos fue crear un prototipo que realmente ayudara a su abuelo a beber sin derramar, considerando sus temblores y problemas de coordinación motora. La necesidad de diseñar una taza estable que pudiera ser usada fácilmente por personas con Parkinson fue un reto significativo para una niña de tan solo siete años.
- Material Duradero: inicialmente, Lily experimentó con diferentes materiales, incluyendo arcilla y cerámica. Sin embargo, se dio cuenta de que estos materiales no eran lo suficientemente resistentes para el uso diario que la Kangaroo Cup requería, lo que la llevó a rediseñar el producto utilizando plástico de alta calidad.
- Producción en Masa: la transición de un prototipo hecho a mano a un producto que pudiera ser fabricado en masa fue otro gran desafío. Lily y su padre tuvieron que colaborar con una empresa de diseño para perfeccionar la taza y encontrar un fabricante adecuado que pudiera producirla a gran escala.
- Financiamiento: para producir la Kangaroo Cup en grandes cantidades, necesitaban financiamiento. Lanzaron una campaña de crowdfunding en Kickstarter, lo que supuso un desafío en sí mismo, ya que dependían del apoyo de la comunidad global para hacer realidad su visión.
- Comercialización Global: una vez que la Kangaroo Cup estuvo lista para la venta, Lily y su familia enfrentaron el desafío de comercializar el producto en todo el mundo, asegurando que llegara a las personas que más lo necesitaban. También tuvieron que trabajar en la logística de distribución y en la creación de una plataforma en línea para vender la taza.
Lily Born, a los siete años, creó la Kangaroo Cup para ayudar a su abuelo con Parkinson a beber sin derramar. Foto: captura YouTube Joe Born
¿Qué impacto ha tenido la Kangaroo Cup en personas con Parkinson?
La Kangaroo Cup ha tenido un impacto significativo en la vida de personas con Parkinson y otras afecciones que afectan la coordinación motora. Este utensilio no solo facilita tareas cotidianas como beber sin derramar, sino que también devuelve dignidad y autonomía a sus usuarios.
Nacido de la empatía de una niña hacia su abuelo, el producto ha sido ampliamente reconocido por su capacidad para mejorar la calidad de vida de miles de personas en todo el mundo.
¿Cómo se volvió millonaria?
En su propio hogar, Lily encontró la inspiración necesaria para alcanzar el éxito financiero, inspirada principalmente por su abuelo y su padre. Su camino como emprendedora comenzó al observar a su progenitor tratando de proteger su computadora portátil de un derrame de café. Motivada por esta situación, diseñó una innovadora taza de cerámica capaz de evitar que los líquidos accidentales dañen los dispositivos electrónicos.
Con la colaboración de un taller local de cerámica y tras un viaje a Jingdezhen, China, reconocida como la capital mundial de la cerámica, logró perfeccionar su diseño y comenzar la producción en masa. Gracias a su ingenio y determinación, ahora, con tan solo 16 años, ha vendido decenas de miles de estas tazas en todo el mundo, consolidándose como una joven exitosa.