Comediante colombiana Alejandra Azcárate presentará en Lima su monólogo ‘Lo que se permite, se repite’
Este aclamado espectáculo reflexiona sobre la libertad femenina y la autenticidad a través del humor, confrontando al público con verdades esenciales de la vida cotidiana y las relaciones humanas.

La presentadora, comediante y actriz colombiana Alejandra Azcárate vuelve al Perú para reencontrarse con sus seguidores y para presentar ‘Lo que se permite, se repite’, su aclamado monólogo cargado de reflexión y humor. Este espectáculo se llevará a cabo el jueves 6 de noviembre en el Auditorio Colegio Meliton Carvajal (Av. Prolongación Iquitos 2001, Lince), a las 8:00 p.m.
‘Lo que se permite, se repite’ tiene como objetivo hacer divertir y, al mismo tiempo, encontrarse con verdades que nos atraviesan a todos, ya que este unipersonal confronta al público con temas esenciales como la libertad femenina, la autenticidad y la forma en que damos importancia a lo superficial mientras olvidamos lo verdaderamente fundamental. Las entradas ya están disponibles en www.lacomedialocal.com y www.alejandraazcarate.com.
¿De qué trata el monólogo de Alejandra Azcárate?
La puesta en escena aborda la vida como proyecto en constante movimiento. Azcárate se detiene en la importancia de reconocernos auténticos, de entender que la libertad también implica hacerse responsable de lo que se permite, porque aquello que se tolera termina por repetirse una y otra vez en nuestras relaciones, decisiones y experiencias cotidianas.
Con un equilibrio entre humor y reflexión, que incluso roza el humor negro, la también modelo y locutora conecta de inmediato con el público, generando un espejo de la vida diaria. Durante dos horas, los asistentes serán parte de un espectáculo que no se limita a entretener, sino que se convierte en un ejercicio de autocrítica y aprendizaje.
Alejandra Azcárate ofrece un show sarcásticamente divertido, conmovedor y frontal, que invita a reconstruirse en medio de la adversidad. Porque todos hemos vivido ese giro inesperado que nos cambió la vida para siempre, y ante ello solo quedan dos caminos: aferrarse a lo que no volverá a ser igual o levantarse con una nueva mirada.















