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Cultural

Los árboles humanos de Chichi Uccelli

Arte. Escultora exhibe Arboretum en la galería Índigo y a través de árboles expresa situaciones de nuestra condición humana.

Chichi Uccelli, escultora.
Chichi Uccelli, escultora.

La pandemia, como quien nos enrostra, nos hizo voltear la mirada hacia a la naturaleza, que, con el confinamiento de los seres humanos, estaba más libre. Los árboles reverdecían sin poda alguna, la hierba ganaba altura, las aves recuperaban el cielo y las ramas, los ciervos transitaban por los senderos y carreteras y hasta los peces, propiamente, besaban las arenas de las playas. La escultora Chichi Uccelli no fue indiferente, pese a la letalidad de la pandemia, a esa eclosión de vida y libertad.

La artista ha realizado una serie de esculturas que expone en la galería Índigo, San Isidro, con el nombre Arboretum (jardín botánico de árboles).

En la muestra se recrean una serie de árboles y plantas, como baobabs, sauces, olivos, mirtos, lavanda y magnolias, entre otros. Allí la figura humana y los árboles constituyen una unidad. Expresan una situación, un sentimiento, siempre asociado a nuestra condición humana. Está, por ejemplo, entre otros, el tema de la maternidad, la infancia, la vejez, la soledad, la vida y la muerte.

“En Boston, Estados Unidos, hay un bosque que se llama Arboretum, que me inspiró para ponerle el nombre a mi muestra. Pero yo quería dar un mensaje de reflexión sobre la naturaleza. Durante la pandemia, cuando estuvimos encerrados, los más felices de la Tierra fueron los árboles y los animales porque nosotros, los seres humanos, les dejamos su espacio”, explica Chichi Uccelli.

 Detalles de ‘Desarraigo’. Foto: composiciónLR

Detalles de ‘Desarraigo’. Foto: composiciónLR

Comenta que la serie de sus trabajos comenzó con la escultura ‘Desarraigo’, que es la escultura principal de la muestra. En ella se aprecia a una mujer colgada, cabeza abajo, entre las raíces de un árbol. El árbol, deshojado, en su desesperación, trata de aferrarse a ella. Su esfuerzo será inútil. Pero alrededor de ellos, como promesa de vida, hay otros árboles que simbolizan situaciones humanas.

En ‘Alegoría’ asocias el nacimiento de un niño con un árbol, ¿qué vinculas allí?

Allí se ve que un árbol nace de un hoyo, de la profundidad de la tierra, como un niño nace de la profundidad de una madre. El vínculo es mujer-árbol o mujer-tierra. Cuando hacía estas esculturas, sentía que mis pies eran las raíces; mi cuerpo, el tronco; mis brazos y piernas, ramas, que son todos los caminos que se nos presentan en la vida. Los frutos son los resultados de nuestras decisiones. Además, el árbol está anclado a la tierra, que es el lugar donde vinimos y a donde volveremos.

El dato

La muestra. Se exhibe en la galería Índigo. Av. El Bosque 260, San Isidro. Visita: lunes a sábado de 10:30 a. m. a 7:30 p. m. Domingos y feriados de 11:00 a. m a 7:00 p. m. Ingreso libre.

Nació en Acarí, Arequipa. Estudió Literatura Hispánica en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Lima, Perú). Egresado y bachiller en Literatura. Ha publicado artículos y reportajes en diarios y revistas nacionales y extranjeras. Sus textos literarios han sido incluidos en la “Antología de la Poesía Arequipeña”, de Jorge Cornejo Polar y en la muestra de poesía de Perú y Colombia “En tierras del cóndor”, de los colombianos Juan Manuel Roca y Jaidith Soto. Ha publicado el poemario Manuscrito del viento y libro de perfiles Rostros de memoria, visiones y versiones sobre escritores peruanos.