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Cultural

Carmen Mc Evoy: “Desde la fundación de la república, el Estado es como un botín”

La historiadora, en coautoría con el historiador Gustavo Montoya, ha publicado Patrias andinas, patrias citadinas, libro que indaga sobre nuestro ADN político y nuestras fallas de origen.

Carmen Mc Evoy presenta su libro "Patrias Andinas, patrias citadinas". Foto: composición
Carmen Mc Evoy presenta su libro "Patrias Andinas, patrias citadinas". Foto: composición

Los historiadores Carmen Mc Evoy y Gustavo Montoya han publicado un libro para conocernos mejor. Se trata de Patrias andinas, patrias citadinas. Episodios de una república naciente (Editorial Planeta), una obra que nos zambulle a nuestra época fundacional, en donde se plantearon proyectos políticos, propuestas de gobierno, rescate de identidades, restauración de legitimidad perdida, pactos sociales, luchas políticas, entre otros asuntos, que se trataron a fuego y en dolorosas contiendas. Era en la época fundacional y, sin embargo, en nuestros días, seguimos reeditando muchas de esas prácticas.

Patrias andinas, patrias citadinas se presentará mañana viernes en el C. C. de la PUCP.

¿El libro intenta explicar nuestra falla de origen?

Sí, es un intento de descubrir en esos años formativos cuál es la falla de origen, qué pasa con las instituciones, qué pasa con el Estado peruano. El primer capítulo toca sobre la institucionalización del golpe de Estado. Es algo que no se ha visto mucho y es un período de larga duración, en el que se da una sucesión de golpes de Estado, que entonces se llamaba “cambiamientos”. Entonces, el Perú es una sociedad que vive en eterno cambio. La razón por la cual eso ocurre, y creo que es central para poder explicar lo que estamos viviendo, es el Estado como botín.

Para la historiadora, se instaló entre los soldados de la independencia un sistema patrimonialista. Y más todavía si Lima se convirtió en el centro de lucha por la independencia de toda la región y concentró ejércitos y soldados colombianos, chilenos, venezolanos y rioplatenses.

“Todos, y en todo momento, están complotando. Entre batalla y batalla, entre cambio de gobierno, todos están complotando para tomar por asalto el Estado”, enfatiza la historiadora.

Tenían un fin común, la independencia, pero ¿la moneda corriente era la traición?

Lo has entendido perfecto. La traición se convierte en la marca, en el paradigma en el estudio político que Gustavo Montoya y yo imponemos en este libro. Todos se traicionan. Lo que queda claro en el período formativo del Perú es que no hubo lealtad.

Vaya, qué tal nacimiento como país.

En el libro ofrecemos una visión de país como quien muestra un tapiz, en el que hay periodos de horror y otros, simultáneos, heroicos. Sí, hubo sentimiento revolucionario, de esperanza por la libertad, pero ante este desorden, que va fragmentando al Perú, y más cuando se impone la política y no se continúa la misión libertaria, por ejemplo, los guerrilleros indígenas se sintieron traicionados.

¿Cuándo dice “se impone la política”, quiere decir las componendas por los intereses personales?

Así es, los arreglos. Lo que se va dando, lo que se va perfilando, son los intereses personales. Los intereses no logran configurar intereses nacionales, sino personales. Entonces, sobre eso ofrecemos una visión cruda, realista de lo que ha sido nuestro origen desventurado. Digo desventurado porque como los españoles decidieron terminar peleando, nos obligaron a convocar ejércitos de todos los países. Hay una anécdota que dice mucho. El presidente colombiano Santander le dijo a Bolívar: “Mantenga la tropa en el Perú, porque si usted la trae, generará anarquía en la Gran Colombia”. O sea, éramos una especie de lugar donde van quedando todo estos soldados de la fortuna, que no van a permitir a que nosotros creemos ningún tipo de institucionalidad porque ellos están peleando por el botín de la guerra.

¿Y se establecieron “los cambiamientos”?

Sí,primero entre ellos, en oleadas o turnos, pero después los golpes de Estado se nacionalizan y se convierten en nuestro ADN político.

¿Por eso hoy el interés de nuestros políticos es personal y no del país?

Así es. Después de doscientos años no hemos podido desprendernos de esta política personalista, de los intereses, de las ambiciones y no se ha podido ir perfilando un proyecto nacional de país.

Todo, de algún modo, se repite. ¿El Estado sigue siendo botín?

Exacto. El Estado sigue siendo botín. Y se mantienen los intereses personales, el desorden, los arreglos políticos. El modelo es tan poderoso que cuando los excluidos llegan al poder, como ahora lo vemos, lo hacen suyo. Ese modelo hay que desmantelarlo porque quien venga lo va a repetir, por lo poderoso que es.

El dato

Presentación. El libro se presenta mañana viernes. Comentarios de Marcel Velázquez y César Azabache. Lugar: C. C. PUCP. Camino Real 1075. San Isidro. 7 p.m. Libre.