Lizza Bogado: “El canto es un disparo de vida al corazón”
La reconocida cantautora paraguaya se presentará este martes en concierto en el Gran Teatro Nacional. Su repertorio incluirá canciones peruanas.
La voz de la cantautora Lizza Bogado viene desde Paraguay. No es un huracán, tampoco un río violento. Es una melodía que sabe apoderarse de uno lentamente. Además de su cadencia, las letras de sus canciones están contenidas de poesía, de sueños, de justicia y de ternura, como ella dice, “aprendidas de los humildes, de los campesinos guaraníes”. Esa voz, llena de pueblo, canta la alegría de su gente, sus querencias, su vida cotidiana, pero también valiente, en su tiempo, desafió a la dictadura de Alfredo Stroner.
Lima tiene la ocasión de escucharla mañana en concierto en el Gran Teatro Nacional con un repertorio que incluye canciones de Chabuca Granda y Augusto Polo Campos. Entre su discografía figuran “Sueño guaraní”, Esperanza & fe”, “Un solo canto” y “Herencia”.
La artista paraguaya de niña se inició en la danza, pero con los años optó por el canto. Su gran carrera de cantante de Lizza Bogado, en la que ha ganado los más altos premios en su país y en festivales internacionales.
Ella cuenta que su carrera de cantante empezó en la ducha de su casa, en Asunción, ciudad donde nació en 1961: “No tenía ni veinte años. Me estaba bañando cuando escuché la voz de mi padre que le pedía a mi mamá que le dé más volumen a la radio para oír mejor la canción que estaba escuchando. ‘No es la radio –le dijo-, es tu hija que está cantando’. Yo cantaba ‘Alfonsina y el mar’. Mi padre contrató un profesor de guitarra para mí”.
Y es que también la música en su casa no era ajena. Sus padres, que habían venido de provincia, escuchaban de todo. Y tenían amigos músicos que los frecuentaban todo el tiempo. Su padre tenía una pequeña imprenta y era muy solidario con ellos.
Así empezó a dar sus primeros pininos en el canto. Como no lo hacían los jóvenes de su edad, ella cantaba canciones del folclore guaraní y popular. Un día cantaba en una peña adonde había asistido el gran cantante Samuel Aguayo. Al escucharla, le aconsejó a su padre que le grabe un disco.
“Mi papá le tomó la palabra. Contrató una buena orquesta y grabé mi primer disco. Tenía veinte años”, cuenta Lizza Bogado.
Y el día de enfrentarse a un gran público llegó en 1981. Ese año participó en el Festival de Ypacaraí, el más importante festival folclórico del Paraguay. Allí ganó el premio a la mejor solista, además de ser considerada la mejor vocalista de temas populares de su país. Con esos créditos, representó a Paraguay en el Festival Iberoamericano de la Canción (OTI) 1985, en Sevilla. Y le sucedieron otras distinciones, como el premio a la mejor solista en el Festival Internacional de la Canción, en Quito, en 1993. Su voz se ganó el derecho de recorrer ciudades del mundo.
Lizza Bogado considera que le debe mucho al folclore de su país, a la lengua madre guaraní. “Pero por supuesto que también a los grandes maestros, empezando por el paraguayo Maneco Galeano. También a Atahualpa Yupanqui, Horacio Guaraní, Mercedes Sosa”, comenta.
¿Y por su adhesión al pueblo, no tentó la política?
A mí me han propuesto ir al Parlamento, pero he dicho no. Yo digo que cada quien trabaje en su lugar. Yo, desde la música, hago lo que tengo que hacer. Y sí pues, a veces el pueblo sale a las calles a poner a los políticos en su lugar.
Lizza Bogado nació y creció durante la dictadura. Y también la vio caer.
“A mi padre a cada rato lo llevaban preso. Como no pertenecía a ningún partido, era sospechoso de comunista. Mi esposo también sufrió prisión, incomunicado, cuando yo estaba embarazada de siete meses”, dice la cantautora.
Y tuvo que cantar desde el exilio.
Ella dice que también canta porque no acepta el verso del poeta español Rafael Barreto, que dice: “El infortunio se enamoró del Paraguay y se quedó allí”.
Y entre los intérpretes y compositores peruanos, ¿a quiénes recuerda?
Chabuca Granda es un referente. Augusto Polo Campos y su “Cuando llora mi guitarra” es para no olvidar. Susana Baca es una inspiración. Recuerdo que en Estocolmo en 1985 iba por una vereda y escuché una voz, a los lejos, y la seguí hasta ingresar a un pequeño negocio de artículos latinoamericanos. Esa voz era de Eva Ayllón. Me compré su disco.
Y para usted, ¿qué es el canto?
El canto es un disparo de vida al corazón.
El dato
Concierto. Martes 29 de octubre, a las 7 p.m., en el Gran Teatro Nacional (Av. Javier Prado Este 2225, San Borja). El ingreso es libre, previa inscripción, vía Joinnus.
Discos
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