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Jessica Chastain: “Me gusta ir en contra de las percepciones que se tienen sobre la mujer”

Agentes 355. La actriz ganadora del Globo de Oro por La noche más oscura habla sobre el trabajo en su nueva película, en la que actúa y produce junto con otras destacadas colegas.

Cuando un arma ultrasecreta cae en manos de mercenarios, la agente de la CIA Mason “Mace” Brown (Jessica Chastain) deberá unir fuerzas con su rival alemana Marie (Diane Kruger), la especialista en informática Khadijah (Lupita Nyong’o) y la psicóloga Graciela (Penélope Cruz) para recuperarla.

Además de ser una de las protagonistas, Jessica Chastain ha sido clave para llevar al cine Agentes 355, al concebir la idea de una aventura de espionaje protagonizada solo por mujeres. En la siguiente entrevista, la actriz habla del cambio de perspectiva que impuso en la película (que se estrena hoy en cines) y los obstáculos que tuvo que sortear como productora.

¿Cómo surgió la idea?

Fui jurado en Cannes en 2017 y, mientras estaba allí, sentí esta tristeza al ver todos esos carteles que pedían financiación para películas con protagonistas masculinos. Le pregunté a mi agente: “¿Por qué siempre son hombres? ¿Por qué nadie quiere crear una película sobre un grupo de mujeres?”. Y ella me respondió: “Creo que tienes que averiguar cómo hacerla...”.

¿Con qué obstáculos se encontró?

No fue nada fácil. Desde la cantidad de contratos que tuve que mirar, hasta el dinero que había que adelantar, fue intenso. Pero aprendí mucho y estoy muy agradecida de haber hecho esta película. Quizá pueda servir de ejemplo para ir en contra de cómo ha funcionado siempre la industria y de esa idea de que los creadores, tanto hombres como mujeres, pueden ser dueños de su trabajo. Aquí las jefas son mujeres.

¿Cómo fue trabajar con Simon Kinberg como director y colaborador?

Simon es un director increíble. Es de los que no entran en caos y siempre dice: “No seamos alarmistas, resolvamos los problemas”. Además, es un increíble aliado para la igualdad y el cambio. Así que trabajar con él es una obviedad.

¿Cómo se han desarrollado las escenas de acción y cuánto tiempo se ha invertido en la coreografía, especialmente en tu pelea con Diane Kruger?

Fue increíble. Diane era bailarina y se nota, cuando está en estas escenas, porque se mueve muy bien. Todos nos quedamos boquiabiertos, fue impactante cómo encajaba. Me di cuenta de que tenía que esforzarme porque iba a ser duro. Pero nos cuidamos mucho, no nos hicimos daño. Nuestro enfrentamiento es mi escena favorita de la película.

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¿Qué creías que tenías que hacer para cambiar la percepción de la mujer?

No se trataba de cambiar la percepción, sino más bien de querer ver una representación de las mujeres que siento que conozco, más humana y menos un mito de lo que se supone que es una mujer. Pero también está la idea de que podemos hacer una película de acción, tener a nuestros hijos cerca y un lugar para ellos. Que sea un escenario donde todos se sientan incluidos, apoyados y valorados. Mi experiencia trabajando con mujeres siempre ha sido esa y, de nuevo, sentí que en los medios de comunicación existía la percepción de que las mujeres no trabajan bien juntas. Me alegraba ir en contra de las percepciones irreales que se habían difundido.

¿Cómo está percibiendo personalmente los cambios en materia de igualdad de género en su vida personal y profesional?

Cuando empecé en la industria recuerdo que si tenía una idea para una escena, siempre sentía que inmediatamente sería recibida con un “no”, o esta energía de “ella es exigente”. Lo que tenía que hacer era hablar con el actor masculino de la escena sobre esta idea, y luego él iba al director y la presentaba. ¡Y sería más aceptable! Antes, tenía que trabajar de una manera en la que tenía que disimular las aportaciones para que nadie se sintiera incómodo. Era una forma extraña de trabajar, que definitivamente no tengo ahora, y creo que cuando miras a la industria, cuando miras a Sundance, a los Óscar, a Cannes, a Venecia y San Sebastián, todos los premios principales fueron para mujeres cineastas y eso es algo impactante. Es un movimiento que demuestra que hay muchas mujeres creadoras a las que no se les ha dado una plataforma para su trabajo, y ahora, cuando podemos ver historias contadas por más de un grupo demográfico, descubrimos el enorme talento que hay.