Cine y series

Cine peruano en pandemia: el año más duro

Eduardo Mendoza. Director de La hora final y El evangelio de la carne analiza lo que se vivió a nivel de gremio y lo que se espera para el 2021.

Sin duda alguna, el cine fue uno de los sectores más golpeados del entretenimiento, desde marzo, en que se decretó la pandemia. Las consecuencias para muchos son una incógnita aún. En tanto, en Perú mientras los cinéfilos cuentan los días para vivir la pasión del séptimo arte en pantalla gigante, para el director Eduardo Mendoza de Echave el panorama es sombrío.

“En un año durísimo en donde la falta de previsión, la desidia y el pésimo manejo de la crisis por parte de las autoridades hicieron que la pandemia se cebara con nuestro país; el sector audiovisual y particularmente el cine sufrieron un impacto sin precedentes. Muchas películas a punto de ser filmadas o ya en pleno proceso de rodaje fueron canceladas o interrumpidas hasta nuevo aviso. Solo dos de estas finalmente se pudieron grabar pero aumentando su presupuesto en casi un 30% para poder cumplir con los protocolos de bioseguridad requeridos. Un factor adicional es la incertidumbre que existe sobre la apertura de los cines. Sin fechas de estreno claras, tanto las empresas productoras como los auspiciadores lo pensarán dos veces antes de invertir en desarrollar proyectos así como en planear campañas de publicidad y marketing. A eso hay que agregarle el miedo o las reticencias normales de los espectadores por entrar a una sala de cine en un país en donde la vacuna se ve aún como una posibilidad lejana”, opina el cineasta que estuvo al frente de cintas como La hora final, El evangelio de la carne, entre otras.

Y aunque nuestra cartelera nacional se inauguró en enero con la comedia de Yiddá Eslava y Julián Zucchi, Sí, mi amor, y una semana después con La Foquita: El 10 de la calle, muchas cintas programadas para el segundo semestre del año tuvieron que quedarse guardadas hasta nuevo aviso. Otras, como No me digas solterona y la misma, Sí, mi amor, dieron su salto al streaming en Netflix.

Los festivales, algunos cancelados y otros se desarrollaron online o con mínima presencia. La sorpresa la dio la premiada cinta de Melina León, Canción sin nombre, que se estrenó en el Festival de Cine de Taipéi en marzo.

Para Mendoza de Echave, una de las cosas positivas ha sido la continuidad en los estímulos y fondos de ayuda ofrecidos por DAFO, el ente rector del cine peruano.

“Esperemos que este 2021 el cine peruano pueda crecer no solo desarrollando proyectos originales y arriesgados sino también creando entornos de trabajo seguros, ajenos al acoso y al abuso de autoridad, con salarios justos y equitativos, y dándole el valor y las oportunidades al cine hecho en las diferentes regiones del país. El cine no solo es entretenimiento, sino una poderosa arma de cambio social capaz de generar los cuestionamientos que toda sociedad que intenta cambiar para bien debe de hacerse”.