Esto significa hablar solo o en voz alta, según la psicología
Investigaciones destacan que el autodiálogo fortalece el autocontrol y reduce la ansiedad en situaciones complejas, promoviendo decisiones racionales y organizadas.
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Hablar solo o en voz alta, una práctica comúnmente asociada a la infancia o a momentos de distracción, ha sido objeto de múltiples estudios psicológicos que buscan comprender su verdadero impacto en la mente humana. Lejos de ser un comportamiento extraño o desordenado, este actitud revela mecanismos complejos de autorregulación emocional y control cognitivo.
Una revisión publicada en Current Directions in Ostracism, Social Exclusion and Rejection Research señala que el hablar solo, especialmente cuando se realiza en tercera persona, actúa como una estrategia eficaz para lidiar con situaciones estresantes. Este tipo de autodiálogo genera un fenómeno conocido como “distanciamiento psicológico”, el cual permite tomar perspectiva y evaluar con mayor claridad eventos emocionales o conflictivos.
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El autodiálogo como recurso mental ante la presión
Un estudio experimental del Journal of Personality and Social Psychology demostró que hablarse a uno mismo en tercera persona no solo ayuda a clarificar ideas, sino que también fortalece el autocontrol y mejora la regulación emocional. En contextos sociales complejos, reduce la ansiedad y contribuye a una respuesta más racional frente a decisiones complicadas.
La psicóloga Patricia Rosillo, especialista de El Prado Psicólogos, explicó en entrevista con ABC que este hábito resulta beneficioso al momento de organizar pensamientos, encontrar calma y fomentar la motivación interna. Comparó este proceso con una conversación entre amigos, donde uno de ellos ofrece consuelo o guía. La clave, indicó, radica en la calidad de esas palabras: un tono amable y respetuoso potencia los efectos positivos del diálogo interno, mientras que la crítica excesiva puede tener consecuencias adversas.
¿Un signo de inteligencia emocional?
Rosillo aclaró que, salvo en casos específicos de trastorno psicótico, el autodiálogo no representa un síntoma preocupante. De hecho, practicarlo con frecuencia se vincula a una mayor inteligencia emocional, al facilitar la autogestión de pensamientos y conductas. En este contexto, hablar solo o en voz alta funciona como un “juego de roles” mental, en el cual distintas voces internas intercambian opiniones para resolver problemas y encontrar soluciones.
El fenómeno también ha sido objeto de estudios desde la neurociencia. Investigadores de Bangor University, en Gales, evaluaron el impacto de la lectura de instrucciones en voz alta versus en silencio. Los resultados, publicados en The Conversation, mostraron que los participantes alcanzaron mejores niveles de concentración al escuchar sus propias palabras durante una tarea exigente.
El lenguaje interno como motor del pensamiento
Un artículo en Frontiers in Psychology reveló que impedir el diálogo interno, incluso mediante palabras sin sentido, provoca que el cerebro se fragmente. En dicho experimento, los voluntarios no lograron integrar la información visual y auditiva al no poder darse órdenes mentales. Esto afectó su desempeño, llevándolos a operar de forma descoordinada, similar a otros primates.
La cultura popular tiende a mirar con recelo a los adultos que hablan solos, pese a que en la infancia se considera algo natural. Según reportes de la BBC, este hábito favorece el desarrollo cognitivo en niños menores de cinco años, especialmente en tareas motoras. En adultos, hablar solo o en voz alta no solo estructura el pensamiento, sino que también refuerza una mente preparada para enfrentar desafíos y mantenerse enfocada bajo presión.



















