Así es el animal sin ojos que pensaron extinto desde 1937 y lo encontraron al fin
Un equipo de científicos estuvo años en búsqueda de su rastro, a lo largo de la costa noroeste sudafricana, y logró hallar a la escurridiza criatura.
Bajo la arena de las dunas, en la costa noroeste de Sudáfrica, animales de una especie extraña y escurridiza permanecían ocultos durante décadas. Pero, no por siempre. Un equipo de investigadores se lanzó en la misión de encontrarlos, gracias al proyecto Búsqueda de especies perdidas. Al fin, tras un largo proceso que inició en 2021, lograron su objetivo.
La última vez que un topo dorado de Winton había sido visto era 1936, cuando las computadoras todavía no eran masivas. Hoy, con ayuda de nuevas tecnologías y el análisis de ADN ambiental del suelo fue posible encontrarlo y evidenciar que aún existe esta peculiar especie, aunque en grave peligro.
¿Cómo es el topo dorado de Winton?
El topo dorado de Winton, de nombre científico Cryptochloris wintoni, es una especie muy esquiva y registrada por última vez en 1937, en la localidad de Port Nolloth, en la costa occidental de Sudáfrica, según indica el estudio donde se describe su hallazgo, publicado en la revista Springer.
Respecto a sus rasgos físicos, se trata de una criatura de aspecto rollizo, pelaje corto y denso, color gris claro y tinte amarillento, que puede alcanzar los 70 a 85 milímetros de largo.
Una característica que resalta de su apariencia es que carece de ojos, pues no los necesitan, debido a que pasan la mayor parte de su vida bajo el suelo, excavando túneles. Para ello, cuentan con garras puntiagudas en sus patas.
Las garras en las patas del topo dorado son de distintos tamaños. Foto: G. Rathbun/National Geographic
En búsqueda del animal
Para poder localizar al topo dorado de Winton, el equipo de científicos aisló 49 muestras de ADN ambiental recogidas de distintas partes del suelo, a lo largo de la costa oeste de Sudáfrica, desde la Bahía de Lambert hasta Port Nolloth.
El ADN ambiental es material genético que procede de cabello, piel, orina, heces, sangre o cadáveres de organismos que pueden estar presentes, en cierto grado de degradación, ya sea en agua, suelo o sedimentos.
Este material puede persistir en el medio ambiente desde horas hasta por miles de años y su aislamiento facilita la detección de organismos, en ausencia de signos de presencia.
Mapa de costa de Sudáfrica con partes señaladas donde se detectaron topos. Foto: Springer
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Altamente amenazados
Los topos dorados de Winton son animales emblemáticos de los ecosistemas de dunas costeras. Sin embargo, “se están viendo gravemente afectados por la transformación del hábitat debido a las actividades mineras y agrícolas en curso y los desarrollos residenciales asociados”, según indica el estudio.
Los hallazgos evidenciaron que la especie sobrevive en un área altamente amenazada por la transformación de hábitat, principalmente causada por la minería de diamantes aluviales. El estudio permitió identificar que son necesarias urgentes acciones de conservación para proteger al topo dorado y también a los ecosistemas donde habita.