Ciencia

El clima frío y húmedo ayudaría al coronavirus a sobrevivir en superficies, afirma estudio

Estas condiciones ayudarían a que las gotas que expulsan los infectados con coronavirus demoren más tiempo en secarse al aire libre. Por lo tanto, aumentaría la probabilidad de propagación de la enfermedad.

Invierno y frío en las calles de Lima. Foto: José Abanto / La República
Invierno y frío en las calles de Lima. Foto: José Abanto / La República

Un nuevo artículo publicado por la revista científica Physics of Fluids señala que el nuevo coronavirus puede extender su permanencia en superficies según las condiciones ambientales. De acuerdo con los investigadores, los climas fríos y húmedos favorecen la supervivencia del virus, mientras que los climas secos y calurosos ayudan a inhibirlo.

Los científicos explican su teoría en el tiempo de secado de las gotas que expulsan los enfermos de COVID-19, cuyo interior porta el SARS-CoV-2. Mientras más tiempo tarden en evaporarse al aire libre, más posibilidades de propagación de la infección existe, concluyen.

“Por ejemplo, una temperatura ambiente más alta ayudó a secar la gota más rápido y redujo drásticamente las posibilidades de supervivencia del virus. En lugares con mayor humedad, la gota permaneció en las superficies por más tiempo, y las posibilidades de supervivencia del virus mejoraron”, indica la investigación.

Rajneesh Bhardwaj, profesor de ingeniería mecánica en el ITT de Bombay y autor del estudio, declara para ABC que identificaron el tiempo de secado de las gotas según tres condicionantes: el tipo de superficie, la humedad relativa y la temperatura ambiente.

Los autores analizaron estos factores con relación a la tasa de crecimiento de la infección en ciudades específicas. Se eligió lugares “representativos de diferentes continentes” como Nueva York, Chicago, Los Ángeles, Miami, Sydney y Singapur.

“Hemos elegido ciudades que han sido afectadas por la pandemia durante el tiempo suficiente para tener un conjunto de datos relativamente grandes para el análisis. Además, queríamos tener información de buena calidad de las condiciones climáticas locales y la cantidad de infecciones en la ciudad, para que nuestro análisis fuera significativo", detalla Bhardwaj.

Comparado con los lugares con climas más cálidos y secos, los investigadores advirtieron que el tiempo de secado de las gotas de coronavirus era más largo en los climas fríos y húmedos. Asimismo, esta particularidad coincidía con los lugares en los que la COVID-19 se extendió con mayor rapidez.

“Observamos que el efecto combinado de la humedad y la temperatura decide el tiempo de secado final y, por lo tanto, la probabilidad de propagación de la pandemia en una ciudad”, concluye el artículo.

“Por ejemplo, los datos de Singapur muestran que hubo un aumento en el número de contagios diarios a fines de mayo (segunda ola), tal vez debido a la llegada del Monzón del Sudoeste. Es decir, una mayor humedad exterior”, establece Bhardwaj.