El carpooling llegó al Perú. Tres jóvenes limeños han creado Carcool, una plataforma que conecta a los dueños de un auto con gente que va por la misma ruta y puede ayudar a pagar el combustible. Los universitarios ya lo utilizan., El sistema es sencillo. Supongamos que usted vive en Miraflores y trabaja en La Molina. Todos los días va en auto y, por supuesto, gasta dinero en echar combustible. Puede que no vaya en auto propio sino en taxi o, como la resignada mayoría de limeños, en una insufrible combi. El carpooling propone que usted y otras personas que viven o trabajan cerca se pongan de acuerdo para viajar juntos, compartiendo el costo del combustible. Usted puede poner a disposición su auto o puede subirse al de alguien más. Gastará menos dinero. Ayudará a reducir el número de coches en las calles y, por ende, la contaminación. Y, con suerte, hará nuevos amigos. PUEDES VER: Israel: ¿porqué censuraron este póster de "Los Juegos del Hambre"? El carpooling es cada vez más popular en Europa. Comenzó poco después del inicio de la crisis económica, como parte de una serie de iniciativas ciudadanas agrupadas bajo el nombre de "economía colaborativa" y destinadas a fomentar la prestación de servicios de bajo coste y el uso de bienes infrautilizados. Ofrecer una habitación libre a los viajeros; prestar una casa, una cochera o una bicicleta que no se usan; compartir espacios de trabajo; intercambiar ropa... las posibilidades son infinitas. José de la Fuente, Giancarlo Gomero y Giancarlo Falconí son tres jóvenes limeños que decidieron crear un servicio de carpooling en Lima. Gomero y De la Fuente vivieron, cada uno por su lado, en España y en Alemania y allí conocieron y fueron usuarios satisfechos de este sistema, usando principalmente Blablacar, la plataforma más popular de carpooling en Europa. Gomero vivía en Madrid y recurría al carpooling cada vez que quería visitar a su familia en Valencia o simplemente hacer turismo por el interior. Cuando volvió al Perú, quiso replicar el servicio en la capital. A través de un amigo, conoció a Falconí y De la Fuente, que tenían experiencia en la creación de start ups o emprendimientos tecnológicos (Falconí era gerente de Wayra y De la Fuente trabajaba con en en el área de Portafolio and Manager). Juntos idearon Carcool. Viajeros universitarios Hay dos tipos de usuarios de Carcool: los conductores y los pasajeros. Si uno es conductor, anuncia en la página web la ruta que va a seguir y el día y la hora en que lo hará. Si uno es pasajero, busca las rutas que hayan sido anunciadas y elige la que le conviene. El conductor divide el costo del combustible entre el número de pasajeros que lo acompañen. El promedio en los viajes dentro de la ciudad suele ser de cinco soles. Evidentemente, está el tema de la seguridad. ¿Quién no dudaría en subirse a un auto con puros desconocidos? La clave es lo que Gomero llama los "círculos de confianza". Un círculo de confianza es, por ejemplo, una comunidad universitaria. Carcool ha ingresado ya a la comunidad estudiantil de la Universidad de Ciencias Aplicadas (UPC) y de la Universidad de Lima. Piero Mendoza, estudiante del último ciclo de Márketing de la de Lima, usa Carcool todos los días para ir de su casa, en Santa Patricia, al campus. Y, según sus creadores, hay chicos de Comas, Carabayllo y Los Olivos que se han apuntado y también están usando el servicio. Actualmente hay 1,600 usuarios registrados en la plataforma, 200 de los cuales son activos. Con solo un mes en funcionamiento, Carcool ya ha posibilitado casi un centenar de viajes compartidos. El siguiente paso es expandirse a otras universidades (ya están testeando a los estudiantes de ESAN y la USIL) y al mundo corporativo. Hay por lo menos tres empresas (una de ellas de 10 mil empleados) que han mostrado interés por usar sus servicios. Todos los usuarios de Carcool deben tener un perfil con su fotografía y datos básicos. Los conductores y pasajeros recibirán puntos en función de su comportamiento y otras variables, de modo que los usuarios puedan decidir con quiénes quieren viajar y con quiénes no. En unas semanas, lo que es hoy solo una página web se convertirá en una aplicación para smartphones. La idea es que conseguir a alguien que le ofrezca a uno un aventón a bajo precio sea una posibilidad al alcance de la mano.