Lanzado en 1989 para Microsoft, Buscaminas se convirtió no solo en uno de los más grandes compañeros de los oficinistas que aprovechaban un descuido para jugar un poco en sus ratos de ocio, sino de todos aquellos que, para distraerse, apelaban a los accesorios como entretenimiento. El íconico juego estuvo presente también en el descontinuado Windows 7.
Sin duda lo mejor de Buscaminas, al igual que Solitario, Spider, Carta Blanca y Corazones era su facilidad para ejecutarse en cualquier computadora. Desde su introducción en las primeras versiones de Windows, poco importaba si el ordenador no tenía tanto ‘poder’, el juego funcionaba de la misma manera.
Una de las cosas que pocas personas conocen del juego es que no fue creado para entretener. De hecho, fue diseñado para aprender. Curt Johnson, el creador del accesorio, tenía en mente una herramienta interactiva para que los usuarios pudieran adaptarse al mouse.
La premisa del juego es simple: dar la mayor cantidad de clics posibles sin encontrar una mina, la cual haría explotar las demás, haciendo que el personaje de arriba ‘muera’ (o dando esa impresión, pues sus ojos se tornaban en X una vez se seleccionaba una mina) y haciendo que el jugador pierda.
Sin embargo, muchos usuarios de Windows no conocían, e incluso hasta ahora no saben, cómo funcionaba el juego ni qué significaban los números de colores que aparecían en el juego. El significado, por supuesto, es bastante sencillo.
Al dar clic sobre uno de los cuadrados, se ampliaba un área con números que van desde el 1 hasta el 5 y que indican cuántas minas se encuentran alrededor del casillero. Es decir, que si un cuadro tenía el número 4 dentro, existían la misma cantidad de minas en los 8 lados del casillero.
Con esa información, el usuario debía contar y deducir cuáles eran las siguientes casillas libres de minas o colocar banderas, en caso tener la seguridad de haber hallado un explosivo o la interrogación en caso de duda. Una vez despejados todos los cuadros, el juego terminaba y el personaje de arriba se colocaba unos lentes de sol mientras sonreía.