Conocido internacionalmente como un lugar propicio para el avistamiento de ovnis, las orillas costeras de este distrito cañetano son una refrescante opción veraniega.,Rosario Hurtado / Revista Rumbos Sus aguas son volubles. A veces apacibles, a veces enfurecidas. Dicen que se debe a la energía que hay en el fondo del mar, una fuerza cósmica. Y es que, de noche, las playas de Chilca convocan a cientos de personas ansiosas de avistar un ovni. De día tienen otro poder: atraen a quienes solo buscan un día de sol y mar a 64 kilómetros al sur de Lima. PUEDES VER: Relájese en la ruta de los baños termales de Churín Ellos encuentran diversión en las playas San Pedro, Yaya y Punta Ñave. Algunos traen carpas y pernoctan durante varios días, tal vez con la secreta esperanza de divisar una nave espacial en el cielo de uno de los distritos de la provincia de Cañete. . Zona de farallones o base interplanetaria. Foto: Astrid Herrera Otros se quedan cautivados por el temperamento del mar, que en un día ofrece un espectáculo de bravas olas, mientras se toma el sol; y, al día siguiente, se convierte en una piscina natural. En la playa Yaya, existe una base ovni, según explican los lugareños. Es la llamada Cueva de los Piratas, donde se hace contacto con los extraterrestres. Verdad o mentira, es todo un espectáculo observar como el mar y la brisa -¿también los marcianos? han esculpido las rocas para crear curiosas formas. Y, más allá de cómo se comporte el mar, los veraneantes pueden disfrutar de la sazón chilcana en el restaurante Giancarlo, ubicado frente a la playa. El plato de la casa es el tres en uno: cebiche, arroz con mariscos y chicharrón de pescado, adornado con yuyo arrebozado. Una delicia espacial-marina. Si fracasa en su contacto con los ovnis, busque un acercamiento con la gastronomía local. Foto: Astrid Herrera El sol se pone. Es tiempo de volver, pero, antes de partir, se debe completar la experiencia en el kilómetro 63.5 de la Panamericana. La razón: los helados espaciales -en realidad son artesanales- que deleitan las papilas gustativas con sabor a lúcuma. Pura fruta. Pronto va a oscurecer. Se encienden las luces de Chilca, entre ellas, quizás, la de un extraño objeto brillante. De seguro es un ovni que dice adiós con sus luces interplanetarias. Deliciosos helados artesanales. No es coincidencia que Chilca sea parada de extraterrestres. Foto: Astrid Herrera En Rumbo Llegar: En los buses conocidos como ‘maleños’. Parten en la avenida Montevideo en el Centro de Lima, también puede abordar combis en las avenidas Circunvalación y Javier Prado, frente a la Facultad de Veterinaria de San Marcos. Tiempo: 45 minutos