Es probable que necesites un nuevo cargador para tu dispositivo móvil, ya sea porque se malogró el que tenías o porque lo extraviaste. Son diversas las marcas de smartphones que ya adoptaron una actitud más ecoamigable y por ello ahora consideran a los cargadores como accesorios externos que uno debe adquirir aparte porque la caja del smartphone ya no lo incluye.
Es importante que los usuarios conozcan los aspectos técnicos de un cargador antes de comprarlo, porque existen diversos tipos en el mercado y pueden presentar distintas tecnologías de carga.
Cada teléfono puede tener un tipo puerto diferente, una velocidad de carga y un sistema distinto. En ese sentido, para facilitarte las cosas, a continuación te contaremos sobre los distintos tipos de cargadores y descubrirás qué necesita tu smartphone para sacarle el máximo provecho a estos dispositivos.
En la actualidad predominan 3 tipos de puertos: micro-USB, USB tipo C y los lightning. Desde hace un tiempo se está intentando que el segundo sea el estándar para los smartphones, tablets y computadoras.
Existen diferentes tipos de puertos. Foto: MyComputer
Poder adquirir un cargador de tipo C es sencillo, ya que existen adaptadores que pueden realizar la transición sin inconvenientes.
El cargador original te muestra qué velocidad de recuperación ejerce en la batería del equipo. Es un aspecto que se puede saber calculando los voltios y amperios.
Si tienes un cargador de 5 V y 3 A, entonces la carga llegará a los 15 W. En caso de que tengas uno con 10 V y 4 A, el cargador puede llegar a los 40 W.
Hasta la fecha, los sistemas de carga rápida pueden alcanzar velocidades muy altas y ya es normal ver dispositivos que ofrecen hasta 120 W.
Se puede encontrar la salida USB tipo A y el cable que finaliza en Tipo C, los cuales pueden utilizar un sistema de carga rápida. Además, es posible ver que en el mercado hay presencia de puertos 3 USB A y 1 A.
Crear aplicaciones portables desde un USB, que no requieren instalación alguna en una PC para ser ejecutadas, es una opción a la que muchos no le sacan el máximo provecho. Más de un usuario ha utilizado en algún momento una computadora que no le pertenece y ahí el intentar poner en marcha un programa en específico —que no se tiene a disposición— puede llevar un considerable tiempo para su descarga.
También puede ser que dicha app necesite que uno se registre con una cuenta para recién usarla, pero muchos optan por no llevar a cabo este proceso porque no desean que el acceso se active en un equipo ajeno.
En ese sentido, para solucionar cualquier situación adversa, es recomendable incorporar programas en modo portable en tu USB, a fin de que las puedas emplear cuando quieras.